Nicolas Sarkozy es condenado a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias

El exmandatario francés podrá cumplir la sentencia en su domicilio bajo vigilancia electrónica

El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado, este lunes 1 de marzo, a tres años de prisión, dos suspendidos, por los delitos de corrupción y tráfico de influencias por el denominado caso Bismuth o “caso de las escuchas telefónicas”. En 2014, Sarkozy intentó obtener ilegalmente información de un alto magistrado respecto a una investigación en curso sobre las finanzas de su campaña presidencial de 2007.

Precisamente, en 2013, en el marco de la investigación sobre las denuncias de pagos ilegales aceptados por Sarkozy de la accionista de L’Oréal, Liliane Bettencourt, para su campaña, se intervinieron sus teléfonos y los de abogado Thierry Herzog. Ahí, descubrieron que ambos hombres prometieron un puesto prestigioso en Mónaco al magistrado Gilbert Azibert a cambio de información sobre el caso.

Luego de un proceso largo de investigación, el juicio contra el expresidente francés comenzó a fines del año pasado. El fiscal de París solicitó una sentencia de prisión de dos años y una sentencia condicional de dos años para Sarkozy y sus coacusados, su abogado Thierry Herzog y el exmagistrado Gilbert Azibert.

Sin embargo, el juez señaló que el exmandatario podrá cumplir la pena “bajo régimen de detención domiciliaria bajo vigilancia electrónica”, es decir a través de un brazalete electrónico. Nicolas Sarkozy (2007-2012), de 66 años, se convierte así en el primer presidente francés sentenciado a prisión en la historia moderna del país.

Pendientes
El político de derecha enfrenta otras acusaciones. El 17 de marzo le espera otro juicio denominado “Caso Bygmalion” por gastos excesivos y facturas falsas en su fallida candidatura para la reelección en 2012. Sarkozy es acusado de violar las reglas de financiación de la campaña al trabajar con una “empresa amiga” de relaciones públicas para ocultar el verdadero costo de campaña.

También se le investiga por la presunta financiación ilegal en la contienda electoral de 2007 con dinero de Muammar Gaddafi, exlíder libio fallecido, que supuestamente envió a París millones de euros en maletas. La situación judicial complica el futuro escenario político para Sarkozy, quien no descartaba la idea de postular a la Presidencia en 2022.

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