Portavoz del Talibán, Suhail Shaheen, anunció una “transferencia pacífica del poder” y dijo que no buscarán venganza, luego de 20 años de incursión militar estadounidense
Afganistán tomada. El último domingo, decenas de talibanes, grupo religioso extremista, ocupó la ciudad de Kabul, capital del país, en medio de la retirada de las tropas estadounidense luego de 20 años de intervenciones militares y un cuarto de millón de muertos. Con la toma del Palacio presidencial y la huida del mandatario Ashraf Ghani con destino desconocido, los talibanes anuncian el Gobierno del Emirato Islámico de Afganistán.
El grupo islamista, que ocupó Afganistán en 1996, fue derrocado del poder cinco años después, en 2001,gracias a una incursión militar liderada por Estados Unidos, a consecuencia del atentado perpetrado contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001. Washington acusaba a este país de servir de “santuario” a los principales sospechosos de los ataques: Osama bin Laden y su movimiento al Qaeda.
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Pese a ser derrotado en 2001, los talibanes fueron ganando fuerza en territorio afgano hasta retomar el control total. Ya, en 2020, Estados Unidos y el Talibán habían firmado un “acuerdo para llevar la paz” a Afganistán, comprometiéndose el primero a retirar su tropas en un plazo de 14 meses, que concluiría el 11 de septiembre de 2021, y el segundo a no atacar a las fuerzas estadounidenses.
En la proclamación, los talibanes también se comprometían a comenzar la transición del poder, no reprimir a los civiles, exonerar a los empleados gubernamentales, introducir un toque de queda y no permitir que al Qaeda ni otros militantes ocupen en las zonas que controlan. Sin embargo, los talibanes siguieron atacando a las fuerzas de seguridad afganas y a la población civil.
De acuerdo a la evaluación de la inteligencia estadounidense, se preveía que el gobierno afgano podría caer dentro de los seis meses posteriores a la salida del ejército estadounidense, lo que en efecto no ocurrió. Por ello, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) estima que el grupo ahora es más fuerte en número “con hasta 85 mil combatientes a tiempo completo”.
Ahora, tanto el Gobierno de Estados Unidos como los de otros países están evacuando a su personal diplomático mientras que cientos de afganos intentar huir del país, en medio del caos y el miedo, ante la asunción al poder de los militantes islamistas. Muchos incluso han invadido las pistas de aterrizaje con la esperanza de tomar un avión y escapar del país.
La diputada del parlamento Elay Ershad consideró que, al contrario de la mayoría de los miembros del parlamento, ella no abandonará el país pese a que volverá a vivir bajo un gobierno extremista. “Es el momento de ser responsable ante la población civil […] Un verdadero líder, nunca abandonaría a su gente”, le dijo a la BBC desde Kabul.
“Los talibanes han dicho que ya no son los mismos que en la década de los noventa. Dicen que han cambiado y que van a dejar a las mujeres trabajar e ir al colegio. No se puede decir nada si esto sucederá o no, pero la población tiene miedo y tiene necesidades. Así que voy a quedarme al menos para consolarlos”, añadió.
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¿Cómo fue el régimen Talibán?
Los talibanes, o “estudiantes” en lengua pastún, surgieron a principios de la década de 1990 en el norte de Pakistán tras la retirada de Afganistán de las tropas comunistas de la Unión Soviética. Entonces, desde el suroeste de Afganistán, ampliaron su influencia y en septiembre de 1995 tomaron la provincia de Herat, fronteriza con Irán. Un año después capturaron Kabul, capital afgana.
Con la derrota Burhanuddin Rabbani, líder muyahidines afganos que resistió la ocupación soviética, los fundamentalistas islámicos buscaron “restaurar la paz y la seguridad” en Afganistány hacer cumplir su versión de la sharia, o ley islámica. Para 1998, ya controlaban casi el 90% del país y, al inicio, recibieron un apoyo de la población afgana frente al rechazo de los excesos de los muyahidines y de las luchas internas tras la expulsión de los soviéticos.
Sin embargo, introdujeron castigos acordes a su estricta interpretación de la ley islámica, lo que vulneró derechos humanos con la ejecución, lapidación o amputaciones públicas de asesinos, adúlteros y ladrones. Así también, establecieron que las mujeres sólo podían salir si tenían un permiso por escrito de los hombres y debían llevar una burka que les cubría todo el cuerpo.
Los talibanes también prohibieron la televisión, la música, el cine, el maquillaje y desaprobaron que las niñas de 10 años a más fueran a la escuela para ser educadas. Los afganos que se “atrevían” a realizar estas actividades en secreto, se arriesgaban a recibir castigos extremos. Además, los talibanes fueron acusados de diversos abusos culturales como la destrucción de las estatuas del Buda de Bamiyán.
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Portavoz del Talibán
En una entrevista con la BBC, Suhail Shaheen, portavoz del Talibán, manifestó que el nuevo Emirato Islámico de Afganistán será “un gobierno islámico inclusivo donde todos los afganos tendrán participación” y aseguró que las niñas de las escuelas continuarán estudiando. “Las mujeres pueden tener acceso a la educación y al trabajo. Por supuesto tienen que vestir el velo (hijab)”, dijo.
En conversación con la cadena internacional de noticias, precisó que las mujeres también podrán salir “solas de sus casa” y, si hay casos individuales que prohíban estas actividades, “serán investigados” y castigados según la ley. “Esas son las políticas que estamos siguiendo y todos nuestros miembros deberían estar siguiéndolas”, aseveró.
“[Las mujeres] No deberían estar asustadas. Tenemos un compromiso con su honor, sus propiedades, su derecho a la educación y al trabajo. Estarán en una mejor posición que en el pasado”, expresó Shaheen. Sin embargo, no aclaró si podrían ocupar cargos como jueces en tribunales. “Qué tipo de cargos tendrán las mujeres, eso es una decisión que tomará el futuro Gobierno”, acotó.
Por otro lado, precisó que hay “muchos rumores y falsas declaraciones de nuestros oponentes con el objetivo de difamarnos”, y que habrá represalias ni venganza con los exfuncionarios del gobierno promovido por Estados Unidos. “Pondremos fin al capítulo de la guerra y entraremos en nuevo capítulo de reconstrucción, paz, tolerancia, existencia pacífica, unidad nacional. Necesitamos que todos los afganos se queden en el país y que participen en su construcción”, mencionó.
En cuanto a las reglas islámicas que establecen delitos como asesinatos o mutilaciones públicas, el portavoz del Talibán comentó que, como se trata de un gobierno islámico, “eso dependerá del gobierno y de las leyes islámicas”. “La ley definirá los castigos. No puedo decirlo ahora. Dependerá de las cortes de justicia y los jueces”, concluyó.