Por: César Ortiz Anderson
Especialista en Seguridad Ciudadana y presidente de Aprosec
En ocasiones los cuentos nos hacen ver mejor lo que ocurre en la realidad. El hijo de mi pareja repitió una frase que me motivó: “El que busca encuentra”; así, empecé a buscar una trama parecida a la que hoy estamos viviendo y la encontré.
Hay una serie española muy exitosa en Netflix, que se llama “La casa de papel”, del productor español Alex Pina. La trama toma como base una de las mayores ficciones sobre atracos jamás vista, el espectacular “Asalto a la Casa de Moneda”.
El personaje principal, Sergio Marquina, alias el ‘el profesor’, es quien ha planeado desde pequeño -de forma meticulosa- el atraco a la Casa de Moneda. Su objetivo es reclutar a un grupo de criminales que no tengan nada que perder en la vida, para ingresar en el edificio y quedarse varios días para imprimir 2,400 millones de euros.
El profesor, desde su guarida, es el que reparte órdenes a sus cómplices, quienes habían adoptado nombres de ciudades para conservar el anonimato. Por cierto, a quienes no han visto la serie se las recomiendo.
Volviendo a nuestra realidad, no estamos frente a un grupo de comunistas, todo apunta a que estamos frente a improvisados saqueadores, que se confabularon con traidores y han hecho lo que les dio la gana desde la segunda vuelta presidencial.
Solo analizando al Gabinete liderado por Guido Bellido nos damos cuenta de quienes son. Además, están colocando a personas muy cuestionadas, a impresentables, en diversos cargos de alto nivel del Estado; no están gobernando con transparencia.
¿Por qué toda una estructura del Estado se ha rendido ante un grupo de aventureros? Sin duda, en los anteriores gobiernos hay muchos con rabo de paja, en nuestra llamada clase política la gran mayoría está bajo un techo de vidrio donde es mejor no levantar la voz. Pero, nos están vejando y nadie hace nada.
También es cierto, hay que admitirlo, que falta coraje. Tendríamos que leer a Cáceres para inyectarnos un poco de patriotismo, parecería que estamos frente a una invasión al Estado justo en el Bicentenario de nuestra independencia.
Hoy, muchos somos testigos del nefasto resultado electoral. Se están tomando por asalto a las instituciones del Gobierno, comienzan a aparecer como cabecillas personajes singulares, los unos con extremismos propios de su mentalidad revolucionaria y los otros con amplio prontuario.