Por: Joaquín Verduguillo
Como diría un argentino futbolero, por tercera vez consecutiva el fujimorismo quedó subcampeón en los comicios presidenciales de 2021. Subcampeón, pero eliminado del poder; subcampeón, pero con rabia en el alma y una gigantesca frustración que en 2016 se transformó en un berrinche que duraría hasta que Martín Vizcarra apoyado por una inmensa coalición antifujimorista firmara la partida de defunción de la gigantesca bancada parlamentaria que llegó al poder en ese año del Señor.
Pero mientras la bancada fujimorista sucumbía, y la gran mayoría de sus miembros regresaba al anonimato del cual los sacó el mil y una veces acusado y mil y una veces librado de la acción de la justicia Joaquín Ramírez, uno de los fujimoristas encumbrado por el escurridizo Ramírez la hacía linda desde la sede del parlamento multinacional, el más caro y el más inútil de los organismos en los cuales está inscrito nuestro país.
Ese caballero, si así se le puede llamar sin que se ofendan los verdaderos caballeros se llama Jorge Luis Romero Castro, limeño nacido en febrero de 1974 y a quien sus padres bautizaron con esos nombres en honor del maravilloso narrador Jorge Luis Borges.
Romero Castro, a diferencia del narrador argentino, no ha escrito jamás un cuento, pero ha llenado su currículo vital de las más fantasiosas pertenencias a casas de estudio inexistentes como la Grendal College & Universiti (sic) of USA.
Además, como si no existiera la forma de saber qué ONG es verdadera o cuál es falsa, el Jorge Luis de las falsas ilusiones sostiene que una fábrica de humo llamada FireWalking & OutDoor Coaching (una organización que obliga a sus asociados a caminar sobre piedras calientes) es una institución internacional que forja el carácter y crea líderes. Hombres y mujeres de pies llagados, más bien.
Y mientras los empleados de sus escuelas Master Business School Company SAC y Master Training International SAC viajaban por el mundo “divulgando sus enseñanzas”, el Coach de Coach recorría esos mismos lugares diciéndoles a todos los que lo escuchaban que él había entrenado a dos millones de personas en las artes de la superación y de la excelencia. Todos esos viajes habrían sido pagados desde el 2016 hasta fines del mes pasado por el parlamento peruano, según consta en la contabilidad de ese poder del Estado.
Ahora bien, mientras no dictaba cursos y cursillos, el coach Jorge Luis organizaba decenas de conferencias con cena incluida que costaban 200 dólares por cabeza, y elaboraba presuntos fraudes piramidales en el norte chico peruano y el Caribe colombiano. Y, como cereza del pastel, el parlamentario andino tenía en planilla a quince trabajadores que nos costaron a los contribuyentes 90 mil soles mensuales.
Una de esos quince es la ex congresista fujimorista Carmen Lozada de Gamboa, quien cobró 14,235 soles mensuales y gastó 40,000 dólares en pasajes aéreos y viáticos en el año que Romero Castro fue vicepresidente pro tempore del Parlamento Andino.
A quien Dios se la dio…