Pese a los aspectos positivos de los primeros años de gestión económica, Trump deja un país aislado, mellado en sus instituciones y en medio de una severa crisis sanitaria
El empresario norteamericano Donald Trump deja la Casa Blanca luego de cuatro años al mando de la que fuera una de las grandes potencias del mundo. Entre críticas, se mudará a su residencia en Florida para observar desde ahí el segundo ‘impeachment’ en su contra, y la asunción de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos. En esta nota, Pica News analiza la saliente administración Trump.
Aciertos y desaciertos
Bajo el lema de campaña ‘American first’, el candidato republicano propuso empoderar a Estados Unidos. Es así que, durante los primeros años de su gestión y de la mano del proteccionismo económico, trajo al país todas las empresas norteamericanas que producían productos chinos en el exterior, ya sea en México, Brasil o en la propia China, y colocó altos impuestos lo que redujo la importación de estos.
Medida que tuvo como consecuencia que la maquinaria industrial norteamericana empezara a producir y se redujera la tasa de desempleo a 3.5% para 2019, la cifra más baja en los últimos 50 años, ya que la mayor cantidad de desempleo se debía a la presencia de los productos chinos producidas por industrias norteamericanas fuera del país, explica el internacionalista Juan Velit Granda.
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Sin embargo, el inicio de la guerra comercial con China trajo también dividendos negativas no solo al país asiático sino también, y sobre todo, a la nación americana. “Quiso volver a EE.UU. al mundo unipolar pero no lo consiguió porque tuvo que enfrentar a una China a la que le puso obstáculos en los dos últimos años”, agrega el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay.
Ambos especialistas coindicen en que la pandemia de COVID-19 también afectó de manera considerable el desarrollo económico. “El proteccionismo económico empoderó al país y la economía mejoró, pero tuvo dos grandes enemigos en los cuatro años de Gobierno: de un lado, la pandemia de COVID-19 y, de otro lado, su carácter. Si no hubiera habido pandemia probablemente Trump salía airoso en las elecciones”, define así Rodríguez Mackay.
Por su parte, Velit Granda menciona lo develado en ‘Rage’, libro escrito por el periodista Robert Woodward, donde este afirma que el propio Trump le confesó minimizar la pandemia pese a conocer la magnitud del peligro. Omisión que, en diez meses, ya cobró 402 mil vidas, casi los 405 mil estadounidenses que murieron en la Segunda Guerra Mundial durante los seis años de participación. “Todo esto es responsabilidad directa de Donald Trump”, anota.
Política Exterior poco seria
El internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay acota que el proyecto fallido de regresar a la nación americana al mundo unipolar también se vio debilitado por “la desconcertante relación internacional, peleándose con organizaciones internacionales” como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y retirándose de tratados, como el Acuerdo de París.
Para el especialista en temas internacionales Juan Velit Granda, la política exterior norteamericana bajo la Administración Trump fue “poco seria” al separarse de sus aliados europeos y aislando, en suma, a Estados Unidos del contexto mundial. “Ha tenido muchísimos errores, casi no le veo aciertos”, indica.
En tanto, Rodríguez Mackay reconoce como un logro el acercamiento con Corea del Norte. “No habido un presidente que haya podido tener contacto con un gobernante de Corea de Norte. Trump lo logró dos veces”, comenta. Sin embargo, a retomar Kim Yong-nam el proyecto nuclear, Velit Granda considera que el presidente coreano engañó a Trump para hacerle “creer que logró su objetivo”.
Ambos califican como desacierto la ruptura de los acuerdos con Irán, luego que la Administración de Barack Obama avanzara mecanismos para detener el proyecto nuclear iraní. “Trump impuso impuestos económicos pensando reclutar parte del dinero que tenía por sus pozos petroleros. Irán evadió los pagos y continuó construyendo su artefacto nuclear”, detalla Velit Granda.
En paralelo, Rodríguez Mackay observa como escenario positivo que Donald Trump mantuviera mayores acercamientos con los países árabes, “logrando acuerdos de normalización con Emiratos Árabes, Sudan y Marruecos”. Acciones estratégicas para Estados Unidos, aliado histórico de Israel “con el que jamás los árabes hubieran imaginado algún tipo de entendimiento”.
“Es un escenario positivo pero ha pasado desapercibido y oscurecido por la pandemia de COVID-19 y en los actos ocurridos en el Capitolio. Lo que él [Trump] hizo bien con una mano, hizo mal con la otra”, anotó el internacionalista. Empero, Velit Granda, quien fuera embajador en Israel entre 2004 y 2005, confiesa que en las cancillerías de los países árabes durante 2017 circuló un manual sobre “cómo negociar con Donald Trump”.
“Trump tiene algunos problemas de conducta emocional, una especie de narcicismo, que si alguien lo alaba es muy fácil comprarlo. [El manual] hablaba de sus deficiencias y como era fácil convencerlo que sus proyectos triunfaron cuando no han triunfaron. Tengo contactos y tengo la confianza que esa información es verídica”, dijo a este medio.
Por su parte, América Latina continuó como “furgón de cola” de EE.UU., agudizado por la construcción del muro que separa el país de México. “El muro que hizo no era solo para separar México de EE.UU. sino Latinoamérica. […] Cuando insultó a los mexicanos, diciendo que eran narcotraficantes, ladrones y violadores, no solo era a los mexicanos sino a los latinoamericanos”, sostiene Juan Velit Granda.
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Por último, recalca que la política exterior no depende de un partido ni de una persona, sino de un estado. “La impresión que se tiene de Trump es la de un empresario con concepción de ganar dinero, no entendía el papel trascendente que tiene una potencia como Estados Unidos en el escenario mundial. Él solo veía que EE.UU. vendiera sus productos y ganara dinero, esa no es la visión de un estadista”, lamenta el internacionalista.
Racismo
Miguel Ángel Rodríguez Mackay expresa que otro error de la saliente Administración fue la de no marcar distancia de las organizaciones de supremacistas blancos, sobre todo luego del asesinato del ciudadano afro-estadounidense George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, en mayo de 2020. “Nunca fue directo, ni cítrico a los supremacistas blancos, eso creo una idea generalizada de un presidente racista”, menciona.
“La convulsión social e ira colectiva (en EE.UU.) es una de las manifestaciones que se ha reafirmado más (durante su Gobierno)”, sostiene Rodríguez Mackay.
“La muerte de George Floyd estalló una sublevación como no se había visto desde muchísimos años entre minorías negras y supremacistas. Trump nunca llamó a la calma, siempre habló de los otros, de los movimientos negros o movimientos antirracistas”, añade Velit Granda.
“Ni en el debate televisado, cuando Biden le pidió que critique a los supremacistas, él no pudo hablar. Eso se concretó el 6 de enero cuando asaltaron el Capitolio”, acotó. Asimismo, Miguel ángel Rodríguez Mackay señala que le “está sucediendo a Joe Biden un país polarizado cuando lo que un jefe de estado busca es ponderar”.
Amargo legado
Pese a los aspectos económicos positivos en la génesis del Gobierno Trump, le lega “la más trágica herencia” a los Estados Unidos, al convertirlo en una democracia vulnerable, “socavar los cimientos pétreos de los grandes valores estadounidenses desde que se hicieron independientes los estados en 1776”. “Donald Trump es un capítulo en la historia de los Estados Unidos. Un hombre muy difícil y complejo”, expresa Rodríguez Mackay.
De la misma forma, el internacionalista Juan Velit Granda califica de “amargo” el legado que Donald Trump. “Va a ser muy difícil a su heredero tener que reconstruir el sentido de respeto de la población norteamericana por sus instituciones, le ha infringido una herida muy fuerte, hay una gran cantidad de norteamericanos que no cree en el poder electoral, en el poder judicial, en la policía”, comenta.
“Se lo ha impreso Trump a una parte de la población cuando decía: me han hecho fraude no solo a mí, a ti te han hecho fraude, te han robado y deben salir a reclamarlo”, añade Velit Granda.
“Los sucesos del Capitolio, su resistencia a aceptar derrota, la falta tolerancia y seriedad lo han lapidado. Termina complicado su mandato y no estará presente (en la ceremonia de hoy) eso impacta negativamente en los valores estadounidense de transición”, concluye Rodríguez Mackay.
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