Por: César Ortiz Anderson
Especialista en Seguridad Ciudadana y presidente de Aprosec
A diario en Lima, los ciudadanos no solo debemos cuidarnos de contraer el COVID-19, también tenemos que librar la pandemia de la delincuencia, que también nos está mal hiriendo o matando. Solo basta estar en la hora y lugar equivocados, para ser víctimas de una balacera entre hampones o contra las fuerzas del orden.
Hoy no existe ámbito ni distrito seguro en la ciudad. Ya se ha convertido en parte del paisaje el accionar de modalidades como raqueteros, marcas, asaltos en las calles, robos de vehículos o accesorios, robos de viviendas, pandillaje, sicariatos, homicidios, extorsiones, estafas, venta de micro comercialización de drogas, prostitución, delincuencia cibernética.
Tenemos una delincuencia, propia y foránea, que se viene especializando en los delitos que comete, que son más avezados y con más armas de fuego en sus manos; siendo un número importante de ellos muy jóvenes, hablamos de adolescentes a los que no les tiembla la mano para asesinar de varios tiros a sus víctimas.
Sin duda, este panorama delictivo no apareció de la noche a la mañana, estamos hablando que los cinco últimos gobiernos que no supieron, quisieron o pudieron, enfrentar adecuadamente este fenómeno delictivo.
Precisamente, esos cinco gobiernos son los que ahora enfrentan a la justicia por temas de corrupción, que cambiaron de ministros del Interior muy frecuentemente, sin ningún continuismo en diseños o estrategias y menos en sentar las bases para una clara política de Estado antidelito. No entraron en ninguna reforma de seguridad pública importante, tampoco lo hicieron con la justicia o el sistema penitenciario.
Así como la pandemia desnudó las carencias de un sistema de salud adecuado, en la problemática de seguridad ciudadana está sucediendo lo mismo. Lo que hoy está sucediendo en la Provincia Constitucional del Callao, es una clara muestra de la gravedad de la situación que estamos viviendo y se viene replicando en otros distritos de la ciudad.
Hay que señalar que los municipios tienen tan solo un rol preventivo y muy limitado; sus serenazgos -a pesar de los más de 30 años que tienen funcionando- no cuentan con un marco legal que ampara su función, están impedidos de portar armas de fuego, incluso tienen problemas en el uso de armas no letales, no pueden realizar investigaciones criminales, y solo pueden ayudar a la detención con presencia de la policía.
Actualmente, por falta de efectivos policiales, no se brinda el servicio de protección en condiciones óptimas. Además, hay que señalar que los ciudadanos lamentablemente carecen, en su mayoría, de una cultura de seguridad preventiva integral, facilitando con muchos errores el accionar delictivo.
Finalmente, ya muy cerca de las elecciones presidenciales, les propongo que si quieren que realmente se reduzca el número y frecuencia de los delitos, escuchemos muy bien la propuesta de que van a hacer los candidatos. Cómo van a combatir la delincuencia y cuál es el equipo de trabajo que para ello tienen.
No olvidemos que los últimos cinco gobiernos lo prometieron pero no lo hicieron. Esta vez, si votamos mal no solo podríamos perder nuestro patrimonio y bienes, está en riesgo nuestra integridad física y la propia vida. La propuesta está hecha.
- Tags: Covid_19, delincuencia, Elecciones2021, pandemia