Venezuela: el chavismo recupera la Asamblea Nacional en unas elecciones desconocidas por la comunidad internacional

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Venezuela: el chavismo recupera la Asamblea Nacional en unas elecciones desconocidas por la comunidad internacional

Pica News entrevistó a dos internacionalistas para conocer los posibles escenarios que afrontará el país llanero tras la victoria del oficialismo en el parlamento

El domingo 6 de diciembre, pese a las graves denuncias de irregularidades en el proceso electoral, al ausentismo de las principales fuerzas opositoras y del 69% de la población, se desarrollaron los comicios parlamentarios en Venezuela. Por poco más de 3,5 millones de votos, de los casi 4 millones de ciudadanos que participaron, el régimen de Nicolás Maduro obtuvo la mayoría en el único poder del Estado controlado por la oposición: la Asamblea Nacional.

En julio de 2020, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia, de mayoría oficialista -como intervenir en la organización interna de dos partidos opositores o nombrar nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral sin el consenso de todas las fuerzas políticas-, disminuían “la posibilidad de construir condiciones para procesos electorales creíbles y democráticos”.

En consecuencia, el presidente del Poder Legislativo y declarado mandatario interino de Venezuela, Juan Guaidó, y diversos países de la comunidad internacional rechazaron los resultados de las elecciones del 6 de diciembre. Gauidó, además, convocó a sus compatriotas de todo el mundo a participar de una consulta popular el 12 de diciembre para “exigir el cese de la usurpación” del Ejecutivo.

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La convocatoria presencial y virtual contó con casi 7 millones de votos, y, gracias al resultado, la Asamblea, que tendría que cambiar el 5 de enero, alega una continuidad administrativa a través de una Comisión Delegada. Pica News conversó con dos expertos internacionalistas para conocer las consecuencias del 6 de diciembre y los posibles caminos por los que deberá recorrer la oposición para recuperar la democracia en el país llanero.

Un fraude, por donde se mire
Para el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay queda claro que Venezuela “está anarquizada políticamente por un seudo proceso electoral” que produjo un “seudo Parlamento” que servirá para que Nicolás Maduro, sabiéndose impopular, “radicalice sus medidas” y consuma “su deseo de quedarse de manera perpetua en el poder”.

“Se acabó hace buen tiempo el equilibrio de poderes en Venezuela, pero ahora se acabó cualquier aspiración de volver a un equilibrio de poderes”, expresa Rodríguez Mackay. En ese sentido, observa que es necesario lidiar para que la Asamblea Nacional legítima, elegida el 6 de diciembre de 2015, continúe como la única que tiene Venezuela de derecho.

Además, remarcó que en todo sistema democrático prima la voluntad general, popular y mayoritaria de la ciudadanía y, en un país donde votaron solo 4 millones de los 20 millones electores que debieron hacerlo no puede existir una democracia. Tampoco puede existir cuando el Gobierno “manipula, maneja, controla todo el aparato electoral o todo está impuesto por el régimen. “Entonces, es una pantomima”, acotó el internacionalista.

Por su parte, el también experto en temas internacionales, Juan Velit Granda, calificó a estas elecciones como un “flagrante fraude electoral”, e indicó que esta nueva Asamblea Nacional no responderá a las exceptivas de la población y carecerá de “voces críticas” o siquiera “voces reflexivas” sobre la serie de propuestas que se harán. Añadió que una democracia respeta de manera irrestricta los Derechos Humanos (DD.HH.), la libertad de prensa, el juego político y garantiza elecciones limpias y justas cada cierto tiempo.

Aspectos ampliamente cuestionados al régimen de Nicolás Maduro. Tan solo este año la Misión Internacional Independiente de la ONU informó que, desde el 2014, se reportaron 53 ejecuciones extrajudiciales y más de 5000 muertes efectuadas por las fuerzas de seguridad. Muchas violaciones a los DD.HH. conocidas por el propio Gobierno y que tienen como víctimas, en su mayoría, a disidentes políticos o defensores de derechos humanos.

“Todos conocemos que los dictadores apenas se entronizan en el poder, ellos se sienten indispensables. Lo hemos visto, en Venezuela, en Cuba y en el Perú con Fujimori que cada periodo hacia una interpretación auténtica por medio de la cual él podía volverse a elegir y miren donde está Fujimori (en prisión). La historia se encarga de develar todos estos procesos en una forma más clara y transparente”, apuntó Velit Granda.

Oposición y estrategias
Ambos especialistas coinciden en que la oposición venezolana es frágil debido a falta de unidad, por ejemplo, a contraparte de Guaidó, el opositor Henri Falcón participó en las elecciones del 6 de diciembre argumentando que es el “primer paso” para rescatar al país. Empero, tanto Rodríguez Mackay como Velit Granda consideran que esta no debe participar ya que si lo hace legitima los comicios convocados por Nicolás Maduro.

“Internacionalmente se percibe que al no haber ningún actor político opositor, ha corrido solo el Gobierno en las elecciones”, indica Velit Granda.

“La oposición venezolana no debe caer en el juego de Maduro, no deben participar un ápice en ese seudo parlamento para que siga deslegitimado y no prosperen las medidas que quiere llevar adelante”, agregó Rodríguez Mackay, quien recordó que Maduro aumentó el número de diputados de 167 a 277 para “viabilizar sus caprichos con normas jurídicas”.

Empero, ambas miradas se bifurcan al respecto de las posibles tácticas que, además de la unión, deberá tomar la oposición del país llanero de cara a recuperar la democracia en Venezuela. Miguel Ángel Rodríguez Mackay apuesta por fortalecer la figura de Juan Guaidó y, con él, “solventar una estrategia”.  

En esa línea, la oposición en Caracas deberá “jugar en pared” con el Gobierno del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para planear una “estrategia realista” sustentada en el “bloqueo económico” para que Maduro deponga el poder. “No hablo de invasiones o medidas militares. Un bloqueo económico puede generar un embalse sobretodo de un Gobernante de facto que no tiene ningún apoyo del pueblo”, menciona.

Foto: Getty Images

Solo el 31% de los electores asistieron a las urnas, 40 puntos porcentuales por debajo de las parlamentarias de 2015.

Mientras que las demás democracias en el globo más allá de no reconocer el régimen de Maduro, tendrían que denostarlo. Y, en el marco de que la Organización de Estados Americanos (OEA) la declaró una dictadura, los Gobiernos de la región deberían activar el artículo 20 y 21 de la Carta Democrática Interamericana para que “oficialice la cualidad de ruptura de régimen democrática en Venezuela”.

Por otro lado, el internacionalista Juan Velit Granda rescata lo publicado por la agencia Bloomberg respecto a que Joe Biden estaría abierto al diálogo para poner fin a la crisis económica, social y humanitaria en Venezuela, un proyecto diferente al de su predecesor Donald Trump.

Por ello, Velit Granda sopesa la posibilidad de negociar entre los países aliados de Venezuela, es decir China, Rusia, Cuba e Irán, y los países amigos de la oposición una salida para el país, y una fórmula de solución a sus crisis.

“Se está hablando de una formula diferente, una parecida que se utilizó en Colombia para las negociaciones que tuvo las FARC con el Estado: convocar a países amigos de Venezuela y países amigos de la oposición en un espacio geográfico que no comprometa la seguridad de los actores políticos ni de los planteamientos políticos (como lo fue Oslo, en Noruega, durante el proceso colombiano”,explica el internacionalista.

Velit Granda añadió que si se insiste en la presión, como ocurre en la Administración de Donald Trump por medio de mecanismos comerciales y económicos, no se tendrán los resultados esperados. Incluso, manifiesta, al intervenir “las naves que llevaban petróleo” a Venezuela, “le da una sensación de victimización” y muchos países, además de los que tienen alguna identificación ideológica como Argentina, Bolivia y México ahora, lo percibían comovíctima del “imperialismo norteamericano”.

“No hay que olvidar que a Venezuela llegó un contingente de unos 60 u 80 soldados mercenarios que habían combatido en Afganistán de parte de los norteamericanos y todo ello le da respaldo a Venezuela para que sea considerado un país agredido por Estados Unidos”, dijo el internacionalista. Por último, anotó que la comunidad internacional percibe al Grupo de Lima, iniciativa peruana formada en 2017, en un proceso de agotamiento.

“No ha solucionado nada porque lo único que hizo fue aplicar una serie de sanciones y presionar a Venezuela sin buscar una forma que satisfaga las expectativas del Gobierno venezolano porque no hay que olvidar hay una población medianamente importante que responde a las normas planteadas por el chavismo”, concluyó Velit Granda.

En tanto, desde 2018 al menos 5 millones de venezolanos emigraron de su país producto de las crisis económicas y sociales, en un proceso conocido como “el éxodo venezolano”. En el Perú, según cifras oficiales, viven 862 mil, quienes continúan a la espera de una solución para su país.

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