Senado de mayoría republicana confirmó a la candidata del presidente Trump, con 52 votos a favor y 48 en contra
Se salió con la suya. A solo una semana para las elecciones presidenciales estadounidenses, el Senado -de mayoría republicana- confirmó, la noche del lunes 26 de octubre, a Amy Coney Barrett -candidata del presidente Donald Trump-como la nueva integrante de la Corte Suprema.
La votación final fue de 52 votos a favor y 48 en contra. Apenas una hora después, la jueza Barrett tomó juramento al cargo en la Casa Blanca, y acompañada de su ya colega Clarence Thomas, a quien se le considera el “juez más conservador” en el Alto Tribunal.
Esta elección es vista por varios analistas consideran como “una gran victoria” para el candidato a la reelección y su partido, a pocos días de la votación que elegirá al nuevo presidente estadounidense.
Barret es una devota católica cuyas posturas han coincidido en varias ocasiones con Trump y los conservadores. La jueza ha votado a favor de las duras políticas de inmigración planteadas por el presidente de EE.UU.; se ha manifestado a favor del derecho de sus compatriotas a tener y portar armas; y, en un artículo publicado en el 2013, afirmó que “la vida comienza con la concepción”, marcando su posición frente al aborto.
Su designación llegó luego que la jueza Ruth Bader Ginsburg (considerada una heroína pop de la cultura liberal) falleciera a los 87 años el pasado 18 de setiembre, tras una batalla de dos décadas contra el cáncer.
A pesar que el deseo de Ginsburg fue que el nuevo presidente “electo en las urnas” designara a su reemplazo, tras su muerte el presidente Trump no perdió tiempo y eligió -incluso antes que esta sea enterrada- a Amy Coney Barrett.
Este es el tercer nombramiento logrado por Trump de un nuevo juez de la Corte Suprema, lo que le permite a los republicanos imponer una agenda conservadora, al tener una mayoría de 6-3 en el Alto Tribunal.
