El internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay brinda sus interpretaciones sobre el debate televisivo entre los candidatos a la Casa Blanca
Primer round. Finalmente se dio el primero de los tres debates electorales de cara a los comicios presidenciales de Estados Unidos, el próximo 3 de noviembre. El candidato demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump se enfrentaron en Ohio en un encuentro televisivo que evitó las propuestas centrales de una eventual administración.
Para el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay este fue un debate “realmente inédito” para los Estados Unidos de América. “Normalmente los debates suelen ser intensos pero no de un nivel de insultos y de fuego cruzado permanente”, indicó a Pica News.
Y es que, la hora y media que duró el primer cara a cara entre el actual presidente de los EE.UU., Donald Trump, y el ex vicepresidente de la gestión de Barack Obama durante los años 2009 y 2016, Joe Biden, estuvo plagado de interrupciones y calificativos como “déjame que te haga callar, Joe”, por parte de Trump, o “¡Deja de ladrar, hombre!”, del lado de Biden.
“El pueblo de los Estados Unidos ha sido el más afectado porque no se ha visto propuestas ni ideas centrales, sino más bien los fuegos cruzados en los debates de siempre entre dos candidatos que han venido puyándose mutuamente en los últimos tiempos”, aseveró el internacionalista.
Quien agregó que, si esta fue una estrategia de ambas partes, deberá ser desestimada para los próximos encuentros del 15 y 22 de octubre en Miami y Nashville, respectivamente, donde tendrán que enfocarse en los contenidos de fondo de las propuestas.
“Habrá gente de la ciudadanía escogidos para formular preguntas abiertas y espontáneas. Ahí tendrán que tener una habilidad mayor para no solamente tener como contrincante al otro candidato, sino al propio pueblo a la gente que le hará preguntas a quema ropa seguramente”, detalló Rodríguez.
¿Ganador del debate?
Aunque el debate en términos de contenido resultó infructuoso, el analista internacional sostiene que el encuentro, de manera inicial, colocó al demócrata Joe Biden en una mejor posición.
“Yo no creía que iba a tener ese nivel de reacción porque usualmente ha sido muy reacio a las respuestas políticas, pero es evidente que anoche ha tenido un puntal dando a conocer sus recursos para enfrentar a un seguramente hiriente Donald Trump”, indicó Miguel Ángel Rodríguez.
Sin embargo, reiteró que se deberá esperar a los próximos dos debates para tener un panorama completo de la contienda electoral. “Los debates van a terminar decidiendo la orientación del votante, son sustanciales y determinantes”, añadió.
Escándalo por evasión fiscal
Los seis temas en torno a los que giró el debate fueron los registros de Donald Trump y Joe Biden, la Corte Suprema, la gestión de la COVID-19, las protestas raciales, la integridad electoral y la economía, pero estos apenas fueron respondidos por el actual presidente de los Estados Unidos.
Uno de los más resonantes está relacionado a la publicación de un informe periodístico del New York Times que da cuenta que Donald Trump no pagó impuestos en los últimos 15 años y solo, en 2016, desembolsó $750 en impuestos federales.
Esto sumado a que el propio candidato republicano se niega a publicar sus declaraciones de impuestos, acto usual en los presidentes de Estados Unidos, podría jugar en contra de una posible reelección del cargo presidencial.
El internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay explica que en Estados Unidos no pagar impuestos es un tema letal. “No pagar impuestos es lo mismo que estar asociado con el demonio y aquel que paga impuestos es un hombre de bien”, expresó.
“Vamos ver todavía allí a un Donald Trump que tendrá que hacer una demostración cualitativa y cuantitativa distinta para salir de ese escollo que el New York Times presentó. Lo pone en una situación complicada del que tendrá que sacar alguna carta bajo la manga para revertir esta idea cundida en la opinión pública norteamericana”, apuntó Rodríguez.
Sistema de voto
Al 28 de septiembre, el promedio ponderado de encuestas nacionales, muestran a un Joe Biden poco delante a Donald Trump: 50% respecto a un 43%. Sin embargo, es pertinente recordar que el sistema de voto norteamericano difiere mucho de los otros alrededor del globo y esto genera cambios en el resultado final.
Como ocurrió en las elecciones presidenciales de 2016 donde la candidata demócrata Hillary Clinton a pesar de obtener un alto número de votos, no pudo consolidarse como la vencedora de los comicios.
“En Estados Unidos de América las votaciones son indirectas. Aquí los candidatos tienen que obtener, del colegio electoral, 270 electores y con eso asegura la presidencia. En los 50 estados, en cada uno hay un número de cupo de electores y ese número está determinado por la densidad población, la gente vota por ellos no por Trump ni por Joe Biden y los electores son los que confirman la elección”, explicó el internacionalista.
En tal sentido, ambos candidatos tendrán que esforzarse por convencer a aquellos votantes de los estados donde hay más número de posibles electores. “Es el caso por ejemplo de Florida. Siempre es un estado donde hay mucha pugna, los dos candidatos van a querer conseguir la mayor cantidad de miembros del colegio electoral”, agregó.
Una arista a considerar es también el voto latino. El analista internacional comenta que es capital ya que configura la primera fuerza extranjera o “no blanca” en Estados Unidos, que antes la conformaban los afroamericanos con un 30%.
“Hoy día, por el flujo migratorio, ya son muchos más votantes latinos, los dos candidatos tendrán que apuntar más hacia el voto latino que puede terminar definiendo. En el pasado ha habido procesos donde la decisión se ha tomada pensando en la ratio final, en las décimas. Es evidente que van a buscar ganar ese número de voto”, manifestó.
Posibles escenarios
Cabe señalar que los dos candidatos presidenciales tienen políticas gubernamentales notoriamente distintas, desde la propuesta de política migratoria hasta la mirada sobre el cambio climático.
Y aunque es prematuro señalar un posible vencedor, sí se puede considerar algunos futuros escenarios como consecuencia del discurso y, en el caso particular del candidato republicano, acciones, que han anunciado y/o hecho en los últimos meses.
Si los comicios electorales dieran vencedor al Donald Trump, esto reafirmaría su empoderamiento como presidente de los Estados Unidos de América, asegura Rodríguez. “Pero tendrá que ser menos explosivo y pelarse menos o no pelearse con la comunidad internacional y devolverle a Estados Unidos el lugar gravitacional que ha perdido”, detalló.
“Seguramente Trump seguirá achacando a china o a otros países pero Estados Unidos para los próximos cuatro años tiene que ser un Estados Unidos que recupere el liderazgo de un mundo unipolar que ha perdido”, agregó el internacionalista.
Por otro lado, si el resultado fuese el contrario y el demócrata Joe Biden llegase a la Casa Blanca “seguramente va a querer hacer exactamente todo lo contrario a Donald Trump, que fue al mismo tiempo lo contrario que había hecho Barack Obama”.
“Biden deberá mostrar una verdadera perspectiva de lo que quiere para su país y que no se le impute como un presidente de izquierda que quiere acabar con el Obamacare, por ejemplo, como un presidente que quiera darle otro matiz a la línea internacional de Estados Unidos para que recupere ese liderazgo que el país ha perdido”, refirió Rodríguez Mackay.
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