Los viajeros al viejo continente deben evaluar las nuevas normativas que contemplan dos semanas de cuarentena
Luego que en julio de este año la Unión Europea abriera sus fronteras para los turistas, esta y otros países han retrocedido debido al aumento de contagios por COVID-19. La industria del turismo propone, por su parte, que se efectúen pruebas más efectivas para no afectar al renaciente sector.
La decisión de agregar o eliminar a un país de las listas de viajes seguras se basa en las crecientes tasas de infección recogidas por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Estas medidas imponen una restricción general para todo el destino, incluidas regiones que apenas se han visto afectadas por el nuevo coronavirus.
Precisamente, a pocas semanas que el Reino Unido abriera sus fronteras a los turistas de distintas naciones, España fue quitada de su lista de destinos seguros debido al aumento en los niveles de infección por COVID-19, lo que provocó que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, calificara esta medida de “injusta”.
De igual forma, Francia fue incluida en la lista de países inseguros por parte del Reino Unido, lo que ha generado incomodidad y diversas voces de desacuerdo al ser una de las estancias predilectas para los vacacionistas británicos. Por su parte, las autoridades francesas cuestionaron esta decisión y anunciaron que tomarán medidas recíprocas hacia los turistas provenientes del Reino Unido.
Otro que fue retirado de la lista segura fue Croacia. Así que todos viajeros provenientes de este país deberán pasar una cuarentena obligatoria de 14 días. De igual manera, la medida los privará de la visita de decenas de turistas británicos, los que configuran su sexta fuente de afluencia turística. Croacia también fue incluida a la lista roja de Eslovenia, su segunda fuente más alta de visitantes.
Por su parte, Bélgica anexa a su lista de mayor riesgo a Malta, Dinamarca, Finlandia, Lituania, Bulgaria y el Reino Unido. Lo propio ha hecho Noruega con Grecia, Irlanda y Austria.
Mientras que, Islandia implementó un proceso de testeo doble para los viajeros que decidan visitar su país. Este consiste en realizar dos pruebas: una en el aeropuerto y otra al terminar un autoaislamiento de cinco o seis días. De salir negativa la primera prueba, el turista deberá autoaislarse por cinco a seis días. Al concluir la cuarentena, debe realizarse una segunda prueba. Si el resultado es nuevamente negativo, el viajero podrá entonces circular libremente por el país. Mientras que, de salir positiva la prueba, este deberá continuar en aislamiento.
En el caso del Reino Unido, la empresa de servicios de aviación Collinson y la empresa de logística Swissport propusieron hace poco un sistema similar al de la isleña nórdica para el aeropuerto de Heathrow, en Londres. Ya que, no se está realizando ningún tipo de prueba a los turistas que ingresan a sus fronteras.
“Las pruebas no solo evitarán la ‘ruleta de cuarentena’ que enfrentan tantos pasajeros en España y Francia, sino que también abrirán vuelos a socios comerciales clave como Estados Unidos, Canadá y Singapur”, sostuvo el director ejecutivo de Heathrow, John Holland-Kaye en un comunicado.
Todo esto ha generado que la reactivación económica impulsada por el turismo vuelva a su punto inicial desde la cuarentena. Por lo que, muchos turistas deben evaluar ahora posponer, cancelar o continuar con sus viajes y acatar las dos semanas correspondientes de autoaislamento. Asimismo, las agencias de viaje y turismo tendrán que evaluar la sostenibilidad de sus servicios.
Mientras tanto, distintos viajeros continúan esperando los cambios en las normativas, y evaluando si podrán continuar con sus planes y proyectos de viaje.
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