Estudio realizado en la Universidad Northwestern, pretende abrir otro camino, además de las vacunas, para reducir los impactos del Covid-19 en la salud humana
La científica mexicana Mónica Olvera, en colaboración con el doctor Baofu Qiao, descubrió una característica del nuevo coronavirus que puede ser neutralizada para inhabilitar su ataque al cuerpo humano. Olvera espera que, en tres meses, se encuentre un compuesto químico (polímero) que triplique la efectividad del bloqueo para proteger a las personas frente al Covid-19.
Fue la enfermedad de un familiar cercano lo que motivó a la especialista en física a cambiar el enfoque de sus estudios para centrarse en conocer cómo el nuevo coronavirus interactuaba con el cuerpo humano a nivel físico-biológico.
La científica, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), junto con un equipo de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, comparó las estructuras del coronavirus que provocó la epidemia SARS, en el 2003, con las de este nuevo causante del SARS-CoV-2.
A nivel molecular, Olvera, y el equipo de científicos que dirige, han logrado reducir en 30% la conexión del patógeno (Covid-19) con los receptores humanos. “Estamos bloqueando el virus”, afirmó la científica en una entrevista para BBC Mundo.
Señaló que el nuevo coronavirus puede ser atacado desde antes de ingresar al cuerpo humano para reducir su nivel de atracción e inhabilitar su capacidad de infectar. “Es otra manera de curar. Esto no son anticuerpos (como los de las vacunas), los cuales tienen el problema de que pueden hacer resistente al virus.Hay muchos casos en los que los virus se vuelven resistentes a los anticuerpos”, sostuvo.
Descubrimiento
La investigación detectó que uno de los componentes del SARS-CoV-2, las proteínas S, son las que le permiten ingresar a las personas al tener contacto con las células humanas, precisamente con la enzima convertidora de agiotensina (AC2). Estas enzimas se encuentran también en el corazón, estómago y riñón, por lo que “cuando uno se infecta, (el virus) puede dañarlos”, explicó Olvera.
Además, se encontró que el nuevo coronavirus tiene en la proteína espiga (o spike) de su corona, conexiones con cargas positivas que pueden ser bloqueadas. La física señaló que la atracción entre dicha proteína y las células epiteliales era más débil en el coronavirus SARS, del 2003. “Nos dimos cuenta que si mutábamos los que no estaban en el de 2003, la atracción con el receptor bajaba. Nada más lo mutamos y bajó muchísimo su atracción”, añadió.
Uno de los tres grupos que componen la proteína espiga tuvo una reacción de bloqueo en un 30%, lo que redujo la capacidad del virus para conectarse con las células del cuerpo humano. Olvera y Qiao detectaron un espacio con carga positiva, denominado ‘sitio de escisión polibásico’, lejano (10 nanómetros) a la proteína espiga. Por lo que, si se obtiene un compuesto químico (polímero) que bloquee los tres grupos, el resultado podría triplicarse y reducir al mínimo la posibilidad de ataque del nuevo coronavirus.
“Es muy complicado, es un diseño difícil. Pero la idea es crear una protección bajo un diseño que funcione y quede probado en un laboratorio”, indicó la científica.
Una vez creado, Olvera considera que un aerosol podría ser el medio indicado para administrar este descubrimiento. “Los virus son tremendos. Pueden usar las cápsidas (estructuras proteicas) de otros virus y el ARN, duplicarse y mutar”, advirtió.
Por lo que, este estudio busca crear algo que no sea biológico para no generar una posible resistencia. “Creemos que puede ser una manera de debilitar el virus, diferente a lo que se está haciendo”, apuntó.
“Se está haciendo un esfuerzo enorme. Todos estamos de alguna manera relacionados con esto, es un problema mundial y qué mejor que todos los científicos estén trabajando en esto”, finalizó la científica mexicana.
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