La ‘vacuna rusa’ y por qué es apresurado hablar de su efectividad

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La ‘vacuna rusa’ y por qué es apresurado hablar de su efectividad
Foto: Andina

El gobierno ruso denomina Sputnik V a la vacuna que registró, en lo que aparenta ser una carrera médica con tintes geopolíticos

Controversia. Hace unos días Rusia anunció la aprobación y producción de la primera vacuna contra el nuevo coronavirus. En una reunión del Gabinete de Ministros, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que científicos rusos del Instituto Gamaleya lograron, luego de dos meses de investigación, encontraron una vacuna que permite una “inmunidad estable” contra el Covid-19.

Sin embargo, la OMS asegura que no es prudente acelerar los procesos de aprobación y que Sputnik V, como ha denominado el gobierno ruso a esta vacuna, deberá continuar los trámites de precalificación y revisión antes de ser aprobada y distribuida globalmente.

La noticia del Sputnik V, nombre en alusión al primer satélite ruso, causó conmoción por lo rápido de su aprobación y registro, ya que, hasta el momento, la OMS y distintos epidemiólogos daban mejores vistas sobre los avances de la vacuna que investiga el laboratorio AtraZeneca y la Universidad de Oxford, quienes han publicado sus investigaciones en revistas científicas como Science y han concluido exitosamente las dos de tres fases que toda vacuna debe realizar para ser aprobada y distribuida.

Y es que al desarrollarse una nueva vacuna esta debe pasar por tres fases: la fase I, indica que esta debe ser probada en un pequeño número de voluntarios, y tiene por objetivo encontrar la dosis adecuada; la fase II necesita de una mayor cantidad de personas para comprobar si efectivamente causa inmunidad, y además, sirve para conocer sus efectos secundarios; finalmente, en la fase III, debe ser testeada en miles de personas de diferente entorno genético para comprobar su efectividad.

El Sputnik V completó a finales de agosto los ensayos de la fase I y fase II; sin embargo, estos no han sido compartidos con la comunidad científica, lo que genera desconcierto entre sus pares.

“Los científicos tienen que publicar sus datos de todo lo que es la fase preclínica. Lo que se sabe, desde el punto de vista científico, es que no hay ningún estudio en ninguna revista científica que hable sobre esta vacuna rusa”, aseguró el médico Elmer Huerta a RPP.

Tinte político
Para el internacionalista Farik Kahhat, el comunicado del registro y aprobación de Sputnik V por parte del gobierno ruso es una cuestión de prestigio internacional. “No es casual que el proyecto de vacuna rusa tiene ese nombre (Sputnik V), existe una simbología ya que cuando se lanza el primer satélite de la Unión Soviética, causó una gran conmoción en EE.UU, su rival geopolítico. Es un tema de prestigio internacional, el país que lo obtenga primero hará aspavientos de logros, y donará esta vacuna a países menos favorecidos para solucionar este problema compartido”, aseguró en una entrevista.

Los investigadores rusos afirman que comenzarán el ensayo de la fase III en diversos países como México, Brasil y Arabia Saudita. De acuerdo al Ministerio de Salud de Rusia, Sputnik V será distribuida el 1 de enero de 2021, sin embargo la producción a gran escala comenzará en septiembre, y las campañas de inoculación masiva se efectuarán en octubre. Estas serán voluntarias, siendo el personal sanitario y los profesores los primeros en recibirla.

Cabe señalar que, la legislación rusa contempla la certificación temprana de las vacunas para proseguir con los estudios a pacientes de alto riesgo, como diabéticos y personas con obesidad.

Desesperación nacional
Hasta el momento, 20 países del globo han solicitado el envío de mil millones de dosis de Sputnik V para paliar los efectos de la pandemia en sus respectivos países, así lo ha afirmado Kirill Dmitriev, presidente de la junta de Russian Direct Investment, organismo que financia la investigación de esta vacuna.

Si bien el Perú no ha hecho oficialmente este pedido, diversas autoridades locales y regionales han extendido sus deseos de adquirirla. Arturo Fernández, alcalde del distrito de Moche, en Trujillo, envió una carta a la embajada de Rusia solicitando una donación de la nueva vacuna. Asimismo, el gobernador regional de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, publicó un oficio donde pide directamente al presidente Putin, 100 mil vacunas para su región.

Por su parte, la ministra de Salud del Perú, Pilar Mazzetti, calificó estas solicitudes como “buenas intenciones”, pero enfatizó que toda vacuna debe cumplir con las acreditaciones de salud para ser aplicada, y que Sputnik V aún no lo ha hecho.

Toca esperar el término de las tres fases obligatorias que toda vacuna debe cumplir para, efectivamente, comprobar la eficacia de la vacuna rusa. Tal y como apunta el experto epidemiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, César Cárcamo, el futuro de una vacuna siempre es incierta y hay que tomarlo así.

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