Por: César Ortiz Anderson
Especialista en Seguridad Ciudadana y presidente de Aprosec
La negación del voto de confianza a Pedro Cateriano se justifica políticamente por la necia posición de los grupos de poder representados por este Gobierno a cambiar de modelo económico, una medida de fuerza que corresponde a la grave crisis social que afecta no sólo al Perú sino a la gran mayoría de países en donde ya han tomado las primeras medidas económicas de emergencia que pondrán fin a una época en la que la economía neoliberal dominó la política en occidente.
Sin embargo, esta justificación política no refleja el ideal cívico, ético y moral que todos esperaríamos de un Congreso responsable con su población en medio de la peor crisis económica de su historia desde la Guerra con Chile. La realidad es otra, y obedece a los juegos de los intereses privados, a la “ley de la repartija”, a los apetitos particulares de cada partido y bancada. Sólo la posición del Frepap puede destacar de entre las demás.
El Frepap es un partido político que no está dispuesto a seguir con el juego de “los otorongos”, donde el voto obedece a los intereses privados de las empresas que representan en vez de votar con conciencia social, pensando en el bienestar del pueblo que le dio sus votos.
Resulta admirable la posición política de este partido, que no solo se queda en palabras y demagogia, sino que aprovechando su organización y recursos humanos ha trabajando durante la pandemia llevando alimentos y víveres a las comunidades y localidades más pobres y alejadas en Lima y provincias.
De esta forma no sorprendería que en las próximas elecciones el Frepap supere largamente los 15 escaños que consiguió en la última votación y que capitalice los votos que la izquierda, el nacionalismo, el etnocacerismo y los frentes regionales, no estén en la capacidad de endosar.
El Frepap es el único partido que no está involucrado en hechos de corrupción, a diferencia de las demás bancadas y alianzas que integran el Congreso, en las que directa o indirectamente sus líderes y cuadros arrastran un “rabo de paja” que los ilegitima para continuar en el debate político nacional. Estas bancadas aprovechan demagógica e irresponsablemente coyunturas como la presentación de Cateriano para reclamar legitimidad para sus organizaciones políticas sumidas en el juego corrupto de la democracia.
Tras esos votos en contra, a excepción de los ideológicos, está el problema de la Sunedu, la defensa hacia las universidades privadas de los principales líderes de estas agrupaciones. Una vez más son los intereses privados los que importan más que el bienestar de la población.
Mientras la situación del sector salud, de los hospitales, del sector minería, de las comunidades campesinas afectadas por la contaminación, de la micro economía de millones de peruanos en la informalidad y sus deudas bancarias, del desempleo, son olvidados, a pesar de representar problemas básicos de nuestra sociedad y debieran ser la “Agenda Nacional”, agenda que, por cierto, no existe.
Sin una Agenda Nacional que priorice los puntos reclamados, ¿a qué se dedican nuestros parlamentarios?: A la “lucha” contra la corrupción que todos los partidos políticos enarbolan como bandera y que debe leerse como “defensa contra la fiscalización” porque todo el espectro político se encuentra comprometido con los diferentes escándalos de corrupción.
No estamos exagerando si afirmamos que “todos los partidos políticos representados en el Congreso” y algunos que no están -como el APRA y el PPC- están seriamente cuestionados en su legitimidad política por las investigaciones penales y administrativas a las que viene siendo sometidos sus diferentes líderes. Solo hay una excepción, el Frepap.
Sucede en todo el espectro político, de la izquierda a la derecha, desde Gregorio Santos hasta Keiko Fujimori, pasando por Susana Villarán y Castañeda Lossio, desde alcaldes distritales o provinciales hasta presidentes de la República. Y esto no excluye al señor Vizcarra, quien solo aceptó la presidencia de la República para proteger sus propios intereses. Ahora, solo queda esperar que el nuevo Gabinete que elija Vizcarra no vuelva a cometer el mismo error e insista con ministros que van a resultar contraproducentes para la gobernabilidad del país. También esperamos que el mandatario deje de lado el “amiguismo” y la “argolla” que tanto daño han hecho a su gestión durante la pandemia. No queremos amigos sino expertos, autoridades y funcionarios elegidos en base a la meritocracia, queremos a los mejores soldados para enfrentar la guerra de la pandemia y la grave crisis que esta acarrea.
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1 Comment
Cuando la vaca se olvida que fue ternera, la historia se distorsiona y vivimos en una suerte de mentira piadosa, es bueno recordar que en el pasado reciente cuando llegaron al poder etuvieron encvueltos en una serie de problemas que van desde la corruptela a penales, pero me imagino para eso se tiene mente fragil, de otra parte cuando se suele usar el termono ignorante en un sentido lato, se trata de explicar qe hay un desconocimiento de como funciona el aparato estatal y las finanzas publcas y se trata de explicar con un facilismo propio de los populistas que nos llevan al descalabro, en todo caso la historia los juzgara.Si bien es cierto que el olvido y abandono de los principales servicios publicos dentro de los cuales esta La Salud como prioritario no ha ido a la par con el progreso y desarrollo cualitativo de la sociedad, se debe entre otras cosas porqie la asignacion de los recursos ha estado vinculado a los latrocinios y granjerias de los gobiernos por mas de medio siglo y de cuaya responsabilidad no podemos sustraernos porque en alguna medida todos tenemos cierta responsabilidad, como diria JMarti, LA IGNORANCIA MATA A LOS PUEBLOS Y ES PRECISO MATAR A LA IGNORANCIA.