Historias vividas en medio de la pandemia

“Me llamo Rubén Mauricio. Tengo 43 años, soy ingeniero civil, contratista en obras de construcción. Cuando la pandemia llegó al Perú jamás esperé que fuera a ser tan trágico. Pensé, eso solo va a pasar en China, no creo que llegue hasta aquí. Pero, lo cierto es que pasó y ahora vemos que nos ha dejado con mucho dolor por tantas muertes.

Yo iba agarrar una obra grande, es más, ya había contratado personal para que empiecen a trabajar cuando el presidente declaró inmovilidad por 15 días y que, al final, se ha prolongado por más de 100 días.

Esto nos ha afectado económicamente, he tenido muchas pérdidas, si no hubiese tenido unos cuantos ahorros mi familia hubiera colapsado.De la noche a la mañana me quedé sin trabajo y mi personal paralizado. Entienda, nosotros vivimos del día a día, así es de nuestra forma de trabajo.

Felizmente, no hubo enfermos en mi familia con coronavirus, como tampoco hubo bonos del Estado. Pero aquí estamos, luchando con nuestras vidas, con la gracia de Dios porque soy muy creyente y sigo aferrándome a su bendición.”

“Soy Raúl Capillo Benites. Tengo 45 años, soy ayudante de albañearía e independiente. A mí sí me sorprendió está pandemia porque no tengo trabajo fijo y económicamente estuve muy mal.

Hubo muchas ocasiones en que solo comíamos una vez al día. Tengo un hijo de 5 años que pedía y pedía comida, no entendía que no teníamos dinero y no teníamos nada que darle, solo me quedaba llorar de impotencia.

La casa donde vivo la comparto con otra familia, por lo que nos poníamos de acuerdo para cocinar juntos y así nos organizábamos para sobrevivir a esta crisis. Nos teníamos que recursear de algún modo. No recibimos ayuda del gobierno ni bono de ningún tipo, tampoco la canasta de la Municipalidad que debía repartir el alcalde.

Llegó un momento en que creí tener el Covid-19, tenía fiebre, dolor de garganta… Mi padre, a pesar de su edad, me apoyó mucho y compró mi medicina. No quise ir al hospital porque veía que estaban colapsados, la gente que moría y no quería morir también. Sobreviví haciendo gárgaras con remedios caseros, baños de vapor, con kion, ajos, todo preparado por mi familia.

Tuve que aislarme por el bien de mi familia. Es una experiencia traumática, piensas en tu familia, en tu vida, en mi hijo que todavía me necesita, sin dinero ni para parar la olla ,encima pasando por esta enfermedad. Creo que Dios intervino en mi vida y me dio otra oportunidad de vida.”

“Mi nombre es Liberato Utrilla Sifuentes. Tengo 40 años, soy albañil de profesión e independiente. A mí la pandemia me agarró cuando tenía planeado viajar a Barranca a pasar unos días de vacaciones con mi familia. Pero, cuatro días antes tuve un accidente, me fracturé la pierna y se retrasó el viaje. Ahí nomás el presidente Vizcarra anunció la cuarentena y ya no hubo ni viaje ni nada. Económicamente la inmovilización no me ha afectado mucho porque tenía mis pequeños ahorritos del viaje. Ademá, mi esposa recibió el bono del gobierno más su AFP. Así lo estamos pasando ya que no trabajo hasta el momento. Gracias a Dios estamos sobreviviendo la cuarentena, tampoco murió o se ha enfermado algún familiar mío porque nos estamos cuidando mucho.”