Minsa publicó documento con las consideraciones éticas para la toma de decisiones en los servicios de salud durante la pandemia
El Ministerio de Salud (Minsa) publicó el documento técnico “Consideraciones éticas para la toma de decisiones en los servicios de salud durante la pandemia covid-19”, mediante el cual pretende uniformar los criterios de priorización para el ingreso de pacientes con Covid-19 a la unidad de cuidados intensivos (UCI).
Dicho documento, que fue elaborado por el Grupo de Trabajo de expertos en aspectos bioéticos que asesora al Minsa, consta de 17 recomendaciones éticas para las autoridades y profesionales del sector salud que se ven obligados “a priorizar la asistencia de algunos, y posponer la de otros”.
Asimismo, cuenta con cuatro categorías de priorización para determinar si un paciente con Covid-19 ingresa o no a una unidad de cuidados intensivos.
De acuerdo a la publicación, los pacientes con prioridad 1, denominados “Críticos e inestables”, son los que necesitan monitorización y tratamiento intensivo que no puede ser proporcionado fuera de la UCI (ventilación mecánica invasiva).
Mientras que los pacientes con prioridad 2 son los que precisan monitorización intensiva y pueden necesitar intervenciones inmediatas. No necesitan de ventilación mecánica invasiva y requieren de “oxigenoterapia alto flujo o VMNI por Pa02/FiO2<200 o <300 con fallo de otro órgano”.
En ambos casos se espera un “beneficio potencial y reversibilidad esperable”, con lo que se admite su ingreso a una UCI.
En cuanto a los pacientes con prioridad 3, al ser considerados “inestables y críticos, pero con pocas posibilidades de recuperarse a causa de su enfermedad de base o de la aguda”, no ingresarán a una UCI y solo recibirán un tratamiento intensivo “para aliviar su enfermedad aguda, pero también establecerse limites terapéuticos, como por ejemplo no intubar y/o no intentar RCP”.
En el caso de los pacientes con prioridad 4 su ingreso a una UCI no está indicado, al existir un “beneficio mínimo o improbable por enfermedad de bajo riesgo”. Este criterio aplica a aquellos pacientes cuya enfermedad terminal e irreversible hace inminente su muerte.
Por otra parte, las recomendaciones éticas señalan que todos los pacientes, ya tengan el virus o no, tienen derecho a acceder al sistema de salud y recibir la misma calidad de atención a través de sus diversas modalidades, incluida la asistencia hospitalaria. Además, los criterios de admisión y de alta deben ser flexibles, así como sus horarios
Las expectativas de recuperación deben ponderarse teniendo en cuenta la condición del paciente antes de caer en una condición crítica. “La edad o la discapacidad, por sí solas, no constituyen factores que permitan tomar decisiones, ya que ello dependerá de la situación clínica general del paciente”.
Además, la decisión de limitar el esfuerzo terapéutico para los pacientes que no ingresan a la UCI debe estar fundamentada y ser comunicada a sus familiares. Y, se debe asegurar en todo momento el control de síntomas de disconfort físico, de dolor, disnea o ansiedad, así como el acompañamiento del equipo de salud al paciente. En cuanto a los trabajadores de salud y actividades afines que hayan adquirido ocupacionalmente el Covid-19 estos tendrán prioridad de ingreso a la UCI, siempre y cuando se encuentren dentro de los criterios antes mencionados. El mismo criterio rige para las mujeres gestantes.