100 días de cuarentena y de incertidumbre

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El Perú próximo a un desborde social si el gobierno no corrige errores

Por: César Ortiz Anderson

(Especialista en Seguridad Ciudadana y presidente de Aprosec)

Leí una muy interesante reflexión de la periodista Carolina Aramburú, que me dio pie para escribir este artículo. Carolina nos hace recordar varios libros escritos por el premio nobel Gabriel García Márquez, como “Crónica de una muerte anunciada”, “El amor en los tiempos de cólera” y “El coronel no tiene quien le escriba”, novela donde describe la pobreza, soledad, corrupción y el abandono del gobierno.

El coronel es una persona que a pesar de todo, no perdía la esperanza, en cambio en Cien años de soledad, ‘Gabo’ nos lleva al pueblo de Macondo, donde nos narra la historia de siete generaciones de la familia Buendía.

Una obra con personajes como Melquiades, un gitano que prepara brebajes de sanación y escribe unos pergaminos que tiempo después son descifrados por Aureliano Buendía, los cuales decían que “las estirpes condenadas a cien años de soledad, no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra” y que Macondo sería sepultada por un huracán.

Hoy en el Perú cumplimos 103 días desde que el Covid-19 hizo que el gobierno decretara una cuarentena con muchas restricciones e incertidumbre, con una gran afectación sobre nuestra economía y con resultados que obligarán a cambiar una serie de costumbres, hábitos, actitudes. Definitivamente el mundo será distinto.

Este virus, que ha contagiado a más de un cuarto de millón de compatriotas, ya ha provocado la muerte de  más de 8,000 peruanos, al menos según cifras oficiales. Sin embargo, hay una cantidad mucho mayor de muertos que no están debidamente registrados.

Los primeros cien días está mostrando que este un virus aún no ha sido estudiado a profundidad y que muchos países se han equivocado al momento de combatirlo, algunos al principio al no darle mayor importancia y otros al desarrollar diseños y estrategias equivocadas.

A esto, hay que sumar que en algunos países de Latinoamérica -además de la corrupción- hubieron personas sin escrúpulos ni valores, que se dedicaron a robar o lucrar, mostrando sus ambiciones desmedidas, incluso despreciando la vida del prójimo. Suena increíble que, encima de soportar una corrupción en todos los niveles del Estado, tengamos que también soportar la burla de la impunidad. ¡Basta ya!

En Ecuador está preso el ministro de Salud. En mi opinión, presos deben estar todos aquellos que están involucrados en actos de corrupción que ha costado vidas de valiosas personas, médicos, enfermeras y técnicos de salud por no contar con el equipamiento adecuado; los que vendieron oxigeno industrial y los que cobraron sumas exorbitantes; las clínicas que cobraron por las pruebas rápidas y moleculares cuando el Estado ya había pagado por ellas, y que ahora están cobrando más que un hotel cinco estrellas por tratar a pacientes con Covid-19.

Otros que merecen castigo son las empresas eléctricas que hacen un promedio imaginario y muy alto en el pago de su servicio sin constatar el verdadero consumo de los usuarios. Este pueblo es de mucho aguantar, pero de seguir las injusticias llegará a un punto de quiebre insospechado.

Finalmente, en mi opinión, se deberían hacer cambios sustanciales en el gabinete, se debería poner tras las rejas a todos a los que en estos 103 días estuvieron involucrados en un acto de corrupción. La Contraloría General de la República ya tiene un número importante de investigados, que llegue hasta el final.

Está claro que no existirá un gitano como en la novela de García Márquez que prepare un brebaje de sanación, pero necesitamos profesionales muy capaces y que tengan también mucha sensibilidad humana,  que implementen estrategias adecuadas en esta pandemia que, esperemos, no dure mucho más.

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