Burocracia impide distribución de la prueba molecular

Un equipo de neurobiólogos espera que Ejecutivo y Legislativo agilicen los requerimientos en biotecnología para aprobar una prueba molecular económica y rápida que lleva lista hace dos meses

Científicos de la Universidad Cayetano Heredia, liderados por el neurobiólogo Edward Málaga, lograron elaborar una prueba molecular rápida para detectar el virus del Covid-19. Pero, a pesar de aprobar las pruebas del Instituto Nacional de Salud, este proyecto que podría contribuir a combatir los efectos de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus está a la espera de la creación de una guía de ruta para poder ser validada y distribuida en el Perú.

Lo novedoso de este descubrimiento es que combina la rapidez y practicidad de una prueba serológica, también conocida como ‘rápida’, y la precisión de una prueba molecular.

“Es versátil, la puedes llevar a un entorno de laboratorio muy complejo pero también la pruebes traducir a un formato sencillo para desarrollarlas incluso en postas médicas”, afirmó el neurobiólogo Edward Málaga en una entrevista a Cuarto Poder.

Asimismo, el proceso de detección es mucho más sencillo, pues no necesita el engorroso procedimiento del hisopado, al necesitar solo una muestra de saliva, y, sobre todo, logra “evitar el riesgo de contagio en el examinador”, agregó Málaga.

Ventajas
Según el equipo de científicos detrás de la prueba, este descubrimiento fue resultado de un proceso de investigación que logró replicar una prueba molecular extranjera para desarrollar este innovador proyecto de testeo que, a diferencia de la prueba molecular convencional, solo toma 40 minutos en detectar el virus en el cuerpo del paciente.

Además, el costo por prueba tendría un valor de S/. 70 frente a los S/. 300 que vale la prueba molecular. Es decir, no solo es más rápida y económica, sino que al regirse a los estándares de la prueba molecular, garantiza su exactitud.

Trapas burocráticas
Al no tener el Perú un historial científico en biotecnología, el entrampamiento a los que se enfrenta este equipo científico se hace evidente. “Esto necesita una validación, lo que significa que requiere procesos estatales del Ministerio de Salud (Minsa) y del Instituto Nacional de Salud (INS). Deben estar de acuerdo y deben hacer pruebas de campo, pero ese es un camino que no está normado”, señaló Málaga.

De acuerdo con el neurobiólogo a pesar que esta prueba está lista hace dos meses y ya

pasó las pruebas del INS, no ha podido consolidarse una ruta de guía para su testeo y validación. “Nosotros tenemos el reto de hacer llegar (este proyecto), comunicarlo para que el Estado lo vea, lo internalice y lo regule para poder ser comercializado”, apuntó.

Por otro lado, el equipo de neurólogos informó que tuvo contacto con el exministro de Salud, Víctor Zamora para elaborar una hoja de ruta y los requisitos para la aprobación estatal de la prueba, sin embargo al cambio del Consejo de Ministros los proyectos conversados quedaron en el camino. Lo mismo ocurrió durante el Gabinete Cateriano, cuando tuvieron contacto con la viceministra de Salud, Nancy Cerpa, pero las revueltas entre Ejecutivo y Legislativo volvieron a entorceper la posibilidad de un horizonte.

“Estamos preocupados si al Congreso le cae el primer ministro o si quieren interpelar a otro (…) Me parece surreal que no le estemos presando atención a las propuestas estratégicas como esta”, declaró, Málaga, quien también manifiesta lo “frustrante, desolador y lamentable ver que una solución no sea recogida rápidamente por el Estado”.

Por si esto fuera poco, en el Congreso los trámites burocráticos tampoco han contribuido a acelerar el camino para la validación. Málaga afirma que solo ha tenido contacto con dos bancadas: el Partido Morado y el Frente Amplio.

El primero fue con el parlamentario Francisco Sagasti -como presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología-, quien tuvo la intención de colaborar, pero se vio frenado por las interpelaciones a los ministros. En el caso del Frente Amplio, la congresista Rocío Santisteban, escribió un proyecto de ley para declarar los proyectos científicos de interés nacional.

“Esperamos que el presidente de la Comisión de Salud donde se encuentra (el proyecto) pueda darle prioridad y apruebe un buen dictamen para que pase a debate al Congreso (…) De aprobarse, el INS y el Minsa tendrían la obligación de acelerar y apurar la producción de estas pruebas que son fundamentales”, sostuvo Santisteban. “Si estuviéramos se una guerra, ya la hubiéramos perdido. Estaríamos haciendo concursos, licitaciones, proyectos de ley para comparar buques o uniformes, y ya nos habrían bombardeado y arrasado”, finalizó el científico Edward Málaga, quien con su equipo continúa esperando el apoyo del Estado para contribuir a combatir los efectos de la pandemia originadas por el Covid-19.