Por: César Ortiz Anderson
Especialista en Seguridad Ciudadana y presidente de Aprosec
En el puerto más grande de Europa, el de Róterdam en los Países Bajos, las autoridades aduaneras han decomisado a la fecha 62 toneladas de cocaína, dos más que el año anterior y 29 más si se compara con el 2019. Esta tendencia nos hace pensar que las cifras deben ser mayores también en Asia y Estados Unidos
El pasado 31 de octubre fue cuando se realizó el operativo más grande antidrogas en la mencionada ciudad y se pudieron incautar 4.178 kilos de cocaína, en un contenedor proveniente de Paraguay, país que no es productor como si lo son Perú, Colombia y Bolivia, sino que, al igual que Ecuador, es de tránsito de la droga.
El valor en el mercado de este producto ilegal superaba los 313 millones de euros. Esto es un indicativo que en el viejo continente se ha incrementado el consumo de droga durante la pandemia. Por cierto, llamó la atención que la cocaína estaba escondida en un cargamento de soya.
El otro puerto europeo por donde también llega la mercancía ilegal es el de Amberes en Bélgica. Todo esto se conoció gracias a un informe de la agencia policial de la comunidad europea.
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Lo ocurrido en Róterdam ha puesto en alerta a las autoridades de otros puertos de Europa, ya que se ha vuelto en uno de sus principales destinos. La cocaína sudamericana llega en grandes cantidades por las rutas marítimas y se conoce históricamente que en las fiestas de fin de año su consumo se incrementa.
Sin duda, existe mayor capacidad para producir droga en el Perú, incluso se manejan hipótesis que existen laboratorios de carteles mexicanos y colombianos ubicados en zonas estratégicas del Vraem, sigla abreviada para el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro.
Son extensas zonas donde tienen presencia los remanentes terroristas de Sendero Luminoso que protegen a los narcotraficantes. Con esto, estamos señalando que el tráfico de cocaína entre los países de América del Sur y Europa es la segunda mayor ruta en el mundo.
Pero, la vía marítima no es la única ruta para sacar la droga del Perú, están las modalidades del puente aéreo con el uso de avionetas en pequeños aeropuertos clandestinos, o por las fronteras de Ecuador y Bolivia.
En la zona del Vraem las fuerzas del orden han encontrado pistas para avionetas de una longitud de 300 metros y construidas cerca a la rivera de los ríos. Cada vuelo puede llevar en promedio 35 kilos de cocaína. Según la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional del Perú (Dirandro), desde el 2013 a octubre de este año, se han intervenido 68 avionetas y destruido 1,135 pistas de aterrizaje.
Además, en los puertos se sigue sacando esta mercancía ilegal rompiendo el precinto de seguridad de los contenedores para introducirla bajo el método de preñado, la acondicionan en la estructura de los contenedores y del mismo barco, con buzos que trabajan en la parte inferior de la nave o en barcos pequeños que la introducen en alta mar a los buques grandes.
Los traficantes también la mezclan con productos orgánicos e inorgánicos, como el café o carbón, cada vez se vuelven más creativos para lograr sus fines. Finalmente, la corrupción e impunidad sigue siendo el mejor aliado del narcotráfico.