Por: César Ortiz Anderson
Especialista en Seguridad Ciudadana y presidente de Aprosec
Ante el enorme problema de inseguridad pública, que no solo afecta los bienes y patrimonios también la integridad física y la vida de los peruanos, desde APROSEC queremos presentar algunas alternativas viables para que se pueda mejorar el nivel de seguridad de todos los ciudadanos.
En casi todas mis consultorías, hay una pregunta recurrente y es: ¿Por dónde comenzamos? Claro está que será por lo categorizado como muy importante y suma urgencia. Primero, debemos tomar conciencia que hoy no tenemos seguridad ciudadana, producto de un Gobierno esquivo a la problemática de inseguridad pública.
Vemos por las improvisaciones (dar protagonismo a las rondas campesinas en el ámbito urbano, inmiscuir a personal de las FFAA en tareas que no le corresponde ni técnica ni constitucionalmente, etc.) que gubernamentalmente no se conoce esta problemática social y no existe una real voluntad política para diseñar y ejecutar una política de estado en seguridad pública.
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Esto explica que no exista planificación ni la ejecución de un trabajo integral, articulado y holístico a nivel estratégico, táctico y operativo que garanticen resultados tangibles. Lo cual debería ir acompañado de una mejor administración de justicia, participación proactiva de los sectores gubernamentales y gobiernos en sus diferentes niveles.
Paralelamente, se debe combatir con efectividad y de manera ejemplarizadora la corrupción. Además, el Congreso de la República debe trabajar una ‘Ley del serenazgo’, reglamentándola para que los serenos tengan definidos sus atribuciones, facultades, roles y formas de apoyo a las fuerzas del orden, como el poder usar armas no letales.
Por último, les adjuntamos un ‘Decálogo de seguridad’ el cual iremos desarrollando punto por punto:
1. La mejor seguridad exige tomar conciencia de seguridad individual y colectiva, y no esperanzarse a las acciones provenientes de terceros.
2. Es importante identificar y actuar preventivamente contra los riesgos, peligros y amenazas que acechan a sus víctimas con alevosía, dentro de su propio entorno social.
3. Además, para neutralizar la inseguridad es preponderante tener protocolos de acción/reacción con responsabilidades y roles para los afectados, con concepción de planes de contingencia.
4. Para obtener resultados es elemental contar con información adecuada y suficiente como dominio de la población en el medio geográfico ya sea en el vecindario, cuadra, calle, barrio o distrito.
5. La información obtenida debe ser centralizada, compartida y utilizada a través de un ente coordinador comunitario, que articule el accionar y garantice resultados para vencer el mito de la invisibilidad del delincuente, a quién debemos quitarle velocidad y movilidad.
6. La tecnología moderna ofrece instrumentos y medios eficaces para asegurar logros contra la inseguridad, solo hay que saber utilizarlos en función de inmediatez y efectividad para lograr productividad funcional.
7. Los medios tecnológicos deben ser ideados sobre el conocimiento y dominio de operatoria delictiva y deben ser usados tomando en cuenta las características propias de cada modalidad.
8. Los instrumentos digitales deben ser aplicados con oportunidad en cada etapa del riesgo o comisión del latrocinio para efectivizar los resultados.
9. La dramatización e instrucción sobre la operatoria de casos delictivos con apoyo tecnológico es importante y la mejor manera de fomentar conciencia de seguridad.
10. Se imponen ensayos frecuentes a manera de simulacros colectivos protagonizados por el vecindario frente a los riesgos, peligros y/o amenazas de inseguridad.
