La nueva escalada de violencia es respuesta a los cohetes lanzados por el grupo islamista Hamás en Jerusalén debido a una represión policial israelí
Un conflicto de no acabar. Al menos 53 muertos deja bombardeo de fuerzas militares israelitas en la Franja de Gaza, en Palestina. Según informó el ministro de Salud palestino, 14 de los fallecidos eran menores de edad, de los cuales seis murieron durante el impacto. La acción es una repuesta de Israel frente al disparó de cohetes de militantes palentinos a la ciudad de Jerusalén, lo que dejó tres ciudadanos muertos.
El Ejército israelí informó que dentro de los fallecidos tras el bombardeo figuran “varios líderes militares de Hamás”, grupo islamista por la causa palestina en la Franja de Gaza que envió cohetes hacia Israel el último lunes. En efecto, uno de los ataques israelíes destruyó la Torre Hanadi, un edificio de 13 plantas que pudo ser evacuado una hora y media antes y que, según Israel, albergaba oficinas utilizadas por el grupo Hamás.
Torre Hanadi derrumbada tras bombardeo israelí en territorio palestino.
¿Por qué estalla el conflicto?
El lunes 10 de mayo, jóvenes israelíes realizaron la Marcha de la Bandera, en conmemoración del llamada Día de Jerusalén, fecha que celebra la toma de la parte oriental de la ciudad durante la “guerra de seis días” por parte de los judíos, en 1967. De esa forma, ellos pudieron acceder a lugares sagrados como el Muro de los Lamentos (prohibido desde finales de la década de 1940).
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La marcha, tradicionalmente ‘nacionalista’, recorre el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén cantando himnos patrióticos, lo que es calificado por los palestinos como “una provocación”, ya que tanto los israelitas como palestinos reclaman derechos sobre Jerusalén oriental.
“Jerusalén tiene profundas connotaciones simbólicas y religiosas para las dos partes y su suerte es uno de los meollos del largo conflicto”, indica Jeremy Bowen, editor de Medio Oriente de la BBC.
Más de 300 heridos dejó los enfrentamientos del lunes en Jerusalén.
“Los palestinos reclaman Jerusalén Este como capital de su futuro Estado y consideran las celebraciones israelíes como una provocación”, detalla. Como resultado, se desencadenó un enfrentamiento fuera de la mezquita Al Aqsa que dejó más de 300 palestinos y 20 policías heridos, informó La Media Luna Roja Palestina y la Policía de Israel.
Ante los hechos, Hamás, el grupo militante por la causa palestina, rechazó la represión policial en un lugar sagrado para los musulmanes y respondió lanzado cohetes hacia la ciudad de Jerusalén. Es aquí, donde Israel comete el bombardeo.
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¿Cuál es el fondo del conflicto?
“La razón fundamental de la renovada violencia no cambia: es la herida abierta del conflicto no resuelto entre judíos y árabes que ha arruinado y acabado con vidas palestinas e israelíes durante generaciones”, afirma el editor de Medio Oriente de la BBC. Asimismo, detalla nuevos “factores desencadenantes” en este enfrentamiento.
Marcha de la Bandera en Jerusalén oriental.
“Esta vez incluyen el control policial israelí de mano dura sobre los palestinos durante el Ramadán y los controvertidos esfuerzos de los tribunales israelíes para desalojar a palestinos de sus hogares”, agrega Jeremy Bowen. Y es que, la nueva oleada de violencia se enmarca en los últimos días del mes sagrado musulmán del Ramadán, donde las fuerzas israelíes ejercieron control sobre las reuniones de ciudadanos palestinos.
Del mismo modo, es resultado de un proceso legal que llevan grupos de colonos judíos que pretende desalojar a varias familias palestinas de sus viviendas en el distrito de Sheij Jarrah, en Jerusalén Oriental. La ley israelí permite a los judíos reclamar propiedades en territorios palestinos si acreditan un título de antes de la guerra de 1948, algo que no aplica para los palestinos que perdieron sus propiedades durante el mismo conflicto.
El lunes, Hamás lanzó cohetes desde Gaza hacia Jerusalén.
De momento, la Organización de la Naciones Unidos (ONU) ha expresado su “profunda preocupación” por la violencia desencadenada en este territorio y ha instado a las partes a moderarse. “Condenamos cualquier acto de violencia y cualquier incitación a la violencia, así como las divisiones étnicas y provocaciones”, declaró Rupert Colville, portavoz del organismo.
Por su parte, el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, dijo que “estamos avanzando hacia una guerra a gran escala” y que los líderes de todos los bandos “tienen que asumir la responsabilidad de una desescalada”. Del mismo modo, aseguró que la ONU está trabajando con todas las partes para tratar de restaurar la calma. Cabe recordar que Jerusalén vivió terribles enfrentamientos en 2017.
“Se trataba de una crisis a la espera de explotar, en un conflicto que, una vez más, se ha permitido que se agrave. Los líderes de ambos bandos se han concentrado en salvaguardar sus propias posiciones. El mayor desafío, hacer la paz, no se ha abordado con seriedad durante años”, advierte el editor de Medio Oriente de la BBC, Jeremy Bowen.
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