Desde los movimientos sufragistas hasta la consolidación del feminismo, la lucha por los derechos de la mujer continúa firme en una sociedad desigual
Un día como hoy, en 1857, 15 mil mujeres trabajadoras textiles tomaron las calles de New York bajo el lema “Pan y Rosas” para exigir mejores condiciones laborales, el recorte del horario y el fin del trabajo infantil. El auge del mundo industrializado en el siglo XIX, las había llevado a las fábricas, y con ello, a nuevas formas de desigualdad: catalogadas como eternas aprendices que no podían percibir el mismo sueldo que sus pares masculinos.
Esa misma fecha, 164 años después, nos convoca como día conmemorativo del arduo trabajo organizado por millones de mujeres que, desde diversas partes del planeta, lucharon y siguen luchando para que la sociedad y sus legislaciones nos reconozcan como iguales a los hombres. En Pica News revisamos cómo se gestaron los movimientos por la emancipación de la mujer y los espacios que, en el mundo contemporáneo, aún faltan conquistar.
¿Qué conmemoramos?
El 25 de marzo de 1911 la lucha por los derechos de la mujer tocó un punto trágico: 123 mujeres y 23 hombres murieron producto de un incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, en New York. Las trabajadoras y sus compañeros no pudieron escapar del edificio porque el responsable de la fábrica había bloqueado las salidas “para evitar robos”.
Muchos de ellas, jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años, se aventaron desde el noveno y décimo piso de la fábrica para evitar morir quemadas y que sea el asfalto quien detuviera ese escenario. El informe de los bomberos de la ciudad concluyó que la causa del fatídico episodio fue una colilla mal apagada arrojada en un cubo de tela que no se había vaciado hace meses. A partir de ahí las normas de seguridad y condiciones laborales mejoraron.
En paralelo, las corrientes sufragistas empezaban a tomar vigor. En 1909, las socialistas estadounidenses Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt movilizaron la creación de un “Día de la Mujer” a conmemorarse en febrero; al año siguiente, en Europa, las defensoras de los derechos de las mujeres, Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo empujaron la creación de un Día Internacional de la Mujer en marzo.
Estas fechas, tenían por finalidad organizar mítines donde las mujeres reclamaran el derecho al voto, a ocupar cargos públicos, a estudiar, a trabajar y a no ser discriminadas en los cargos laborales. En suma: exigían el derecho a ser tratadas como iguales a los hombres ante la ley, por su condición de seres humanos. Tras la llegada de la Primera Guerra Mundial, las mujeres protestaron también por las consecuencias de la guerra.
Es después de la Segunda Guerra Mundial que, en diversos países, empezó a celebrarse el 8 de marzo como día central en la lucha por los derechos de la mujer. En 1977, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce y formaliza el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, como fecha representativa de las protestas por emancipar los derechos de las mujeres como ciudadanas.
¿Qué falta cubrir?
Cuarenta y cuatro años después, las mujeres en las sociedades occidentales pueden votar, estudiar, trabajar y heredar sin necesidad de tener un hombre al lado; sin embargo, estos derechos no son garantizados en comunidades de oriente: en Arabia Saudita, por ejemplo, el derecho al sufragio femenino se legalizó recién en 2011 y se condicionó como acceso a este ser tutelada por un hombre.
Por su parte, la ONU ha detectado que existen restricciones legales que impiden a 2,700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Asimismo, se calcula que de seguir la tendencia actual de brecha salarial entre hombres y mujeres, esta continuará hasta el año 2086, perpetuando la desigualdad de oportunidades.
En el campo de la política también hay mucho por trabajar. El organismo precisa que, en 2019, menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres, cuando estas representan un 49,5% de la población mundial: 3,811 millones de mujeres. Diversas activistas por los derechos de la mujer afirman que esto no se debe a “falta de capacidad femenina”, por el contrario, es resultado de una cultura discriminatoria y a legislaciones que no promueven la igualdad de oportunidades.
Las Naciones Unidas también calcula que una de cada tres mujeres sufre violencia de género. En el Perú, la Defensoría del Pueblo denunció 132 feminicidios y 204 tentativas en 2020 y, tan solo en enero de este año, el Ministerio de la Mujer registró 14 nuevos asesinatos a mujeres por parte de sus exparejas. La institución precisa que uno de los motivos es el machismo estructurado en la sociedad que vulnera a la mujer por escapar del “estereotipo de género”.
Aunque la conquista de un grueso de derechos que antes eran reconocidos solo para los hombres se consiguió, queda todavía dejar que las mujeres decidan de manera libre y autónoma sobre sus cuerpos y maternidades. Además, aplanar el camino de las desigualdades y trabajar porque en la ley y en la cultura la mujer sea aceptada por la otra mitad de la humanidad como una igual.
En palabras de la filósofa francesa Simone Well la igualdad es un “necesidad vital del alma humana” y “la misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano”. Por eso, hoy celebramos el esfuerzo de millones de mujeres que aplanaron el camino para que nosotras podamos participar en sociedad, pero también recordamos que toca seguir en la lucha para consolidar derechos y detener la continua violencia política, social y cultural que nos toca.
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