Los pares científicos de Málaga han calificado sus acciones como “faltas éticas graves” que podrían costarle la carrera profesional
Insólito. El, hasta ayer, jefe del programa de los ensayos clínicos de la vacuna de Sinopharm en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), Germán Málaga, respondió con desconcertantes argumentos las interrogantes planteadas sobre la vacunación de funcionarios públicos, empresarios, y sus familiares, con parte de las 3,200 dosis destinadas a proteger a personal vinculado al estudio.
Las preguntas fueron planteadas desde la Comisión de Fiscalización de Congreso, el martes 16 de febrero, y desde diversos medios de comunicación nacional. El escándalo sobre la “lista vip” de 487 personas vacunadas cuestiona, además, posibles faltas éticas en la inmunización “oficial” al equipo científico ausente de autorización del Instituto Nacional de Salud (INS).
Tres dosis por persona
Pese a que el INS es único responsable de aprobar el protocolo para el uso de las dosis de Sinopharm que ingresaron al país, el médico Germán Málaga confesó que él y otros especialistas se autoinocularon tres dosis de la vacuna para “evaluar la respuesta inmunológica del organismo” y “determinar la viabilidad de una futura investigación”, en lo que a todas luces sería acto irregular.
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“Estamos en la idea de hacer un ensayo clínico posterior a este, en el cual vamos a ver si tres dosis es mejor que dos. Hemos sido autoconejillos de indias. Un grupo de nosotros nos hemos inoculado para evaluar cómo van las respuestas, si realmente vale la pena desde el punto de vista clínico aumentar el número de anticuerpos”, declaró a RPP.
Málaga aclaró que del lote extra de 3,200 dosis enviadas por Sinopharm, 1,200 acudieron a la Embajada de China por orden expresa del laboratorio. De las restantes 2,000 dosis, es decir mil vacunas, aún quedan “sobrantes que están en la Cayetano” que han servido para inmunizar a los voluntarios que recibieron el placebo, agregó.
Criterio de selección
De otro lado, el investigador principal de la UPCH aclaró no ser “un dealer de vacunas”, ya que él no decidía a quién aplicar los fármacos pues existía un “personal de enlace” de la Cancillería y del Ministerio de Salud (Minsa) que definía “quiénes merecían la vacuna”. “Nosotros no revisamos esas listas, no tuvimos supervisión. Creo que fue un error”, expresó.
“Recibimos la instrucción de que las personas del Minsa y de Relaciones Exteriores que participaban de alguna manera en el estudio podían beneficiarse”, sostuvo. “(A las personas) las enviaban al centro, nosotros no controlábamos esas indicaciones. Nosotros actuamos de buena fe y no decidimos sobre esas vacunaciones”, agregó.
“Creo que a estas alturas tener buena fe es un defecto”, acotó el médico durante su intervención en la Comisión del Congreso. Sin embargo, Málaga también hizo partícipe de la vacunación a su hija Ariana Málaga Zúñiga, una joven de 22 años que estudia en Alemania y que viajó al país para aplicarse el fármaco chino, y a quien el investigador pidió disculpas “por haberla involucrado en esta situación”.
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El programa Al estilo Juliana reveló que, según Migraciones, Málaga Zúñiga ingresó al Perú el 20 de diciembre desde un vuelo proveniente de España. Tres días después recibe la primera dosis, mientras que la segunda se la aplican el 9 de enero, fecha en la que parte a Holanda. Málaga explicó que su hija fue inmunizada porque “quería ver a sus abuelos”.
Proveedores de comida
En la lista de personas vacunadas figura también el empresario César Loo Cárdenas, dueño del chifa Royal. En diálogo con Exitosa, Málaga justificó su participación aludiendo a que Loo era quien llevaba la comida a las 12 personas de la delegación china que trabajaba con ellos en los ensayos clínicos de la candidata vacuna de Sinopharm.
“Esa explicación es bastante lógica. […] Esta persona (Césa Loo) va al centro porque la delegación china se cansa del Burger King”, aseveró el científico. Loo Cárdenas fue inmunizado el 3 y 24 de noviembre de 2020 en la categoría de “consultor”.
“Es una persona que participa, por ejemplo, hay varias personas que trabajan en logística, van al centro todos los días, claro, no podemos ponerlos como asesores, están algunos como invitados, entonces es gente de logística. ¿Cómo no la ponemos?”, argumentó.
“Sí, exacto. Nos lleva la comida, interactúa con ellos permanentemente”, añadió ante la consulta del conductor sobre si era el proveedor de la comida. El psicólogo social y profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Jorge Yamamoto, calificó las declaraciones de Málaga como “tonterías y estupideces”.
“Está reflejando un terrible y magnífico ejemplo de cómo uno se va a enredando con las mentiras. El ser humano está necesitado de aparecer como una persona correcta”, sostuvo. “Cuando uno empieza a darse cuenta de los errores uno trata a justificarse de manera absurda y es lo que estamos observando. En segundo lugar lo que refleja es algo muy profundo: la conducta argollera”, lamentó.
Fuera del estudio
Tras el escándalo desatado por el “Vacunagate”, la UPCH suspendió a Germán Málaga como investigador principal del ensayo clínico de Sinopharm. Ello fue por acuerdo del consejo universitario de la universidad, la que sesionó el miércoles 17 de febrero.
“Se acordó suspender al Dr. Germán Málaga Rodríguez en sus funciones como investigador principal del ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm”, indicó la UPCH en un comunicado, el mismo en el que informan que “las actividades de la fase 3 del ensayo clínico continúan desarrollándose de acuerdo a lo programado”.
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