Aunque algunos medios de comunicación no lo defendieron, tienes derecho como ciudadano a protestar, y las autoridades, el deber de protegerte, no atacarte
La disconformidad social y el rechazo generalizado acompañan a los ciudadanos aún en tiempos de pandemia de COVID-19. Ayer, 10 de noviembre, la asunción de Manuel Merino de Lama a la presidencia del Gobierno del Perú convocó de nuevo estudiantes, trabajadores y políticos a protestar en el centro de diversas regiones del país en contra del accionar político del Congreso de la República.
Aunque la preocupación por la aglomeración y el riesgo de contagios por COVID-19 continúa presente, es necesario precisar que, de acuerdo a la sentencia del Tribunal Constitucional del 6 de julio de 2020, los ciudadanos tienen el derecho a la protesta social.
Y es inconstitucional evitar que estas realicen, por el contrario, en el contexto de emergencia sanitario, lo correcto es generar las condiciones necesarias para que se estas se desarrollen de manera segura.
Sin prueba de rebrote
Las manifestaciones ocurridas en Estados Unidos, Chile y España demostraron que las marchas no son un punto detonante para una segunda ola de contagios y que muchas veces esta se produce por concentraciones en lugares cerrados y poco ventilados. Las calles de una ciudad, por supuesto, reducen el riesgo de contagio pues son espacios abiertos.
En España, por ejemplo, la jueza madrileña Carmen Rodríguez-Medel ordenó en junio que se archive el caso sobre supuesto impacto de las marchas por el Día de la Mujer, ocurridas el 8 de marzo, en la propagación del coronavirus. Según la Delegación del Gobierno, las manifestaciones congregaron 120 mil asistentes en promedio.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula un mínimo de 7 y 14 días para conocer si una persona se contagió de COVID-19. Pero, luego de las manifestaciones del 8-M, el Ministerio de Sanidad de España no registró un incremento inusual en la curva de contagios, por lo que se descarta la posibilidad de un alto riesgo de rebrote a causa de las protestas. Lo que no indica que estén libres de contagios, ojo.
Angela Rasmussen, viróloga de la escuela de posgrado en salud pública de la Universidad de Columbia, dijo para la BBC que existe un riesgo de contagio en grandes reuniones pues una persona contagiada pueda infectar a otras. Sin embargo, aclaró que, a pesar de la “gran cobertura de los medios sobre los riesgos de transmisión, se sabe muy poco sobre cómo cuantificar estos riesgos, por lo que es difícil evaluar el impacto que estas protestas tendrán en la cantidad de casos de covid-19“.
¿Cómo se contagia el coronavirus?
El catedrático de Medicina de la Universidad de California, Joel Wertheim, recuerda que cualquier actividad que produzca gotitas y los aerosoles pueden propagar COVID-19. Por tanto, Rasmussen especificó que, en el caso de las protestas, dependerá mucho de las medidas que tome las ciudades donde estas ocurren y, sobretodo, el comportamiento de los manifestantes.
“Suelo desaconsejar la participación en cualquier tipo de reunión masiva, pero las disparidades que afectan desproporcionadamente a los estadounidenses negros (por las protestas en torno al asesinato de George Floyd) se han vuelto insoportables”, mencionó en junio para la BBC.
Consejos para protestar en pandemia
Es importante manifestar pero también proteger a las personas de nuestro entorno. Si bien no existe pruebas que las protestas sociales disparen los rebrotes de una segunda ola de contagios, si no se cumplen ciertas medidas, existe un riesgo de contagio. Los espacios abiertos reducen las posibilidades de contagio, más no lo eliminan, por ello, es importante tomar precauciones en caso decidas asistir a una protesta.
Lo primero es evaluar siempre la importancia de asistir: si tienes síntomas de COVID-19 es mejor no ir a la marcha para evitar un posible riesgo de contagio a los otros manifestantes.
Si este no es tu caso y decides ir, es indispensable utilizar mascarilla de manera obligatoria. Además, proteger los ojos para evitar lesiones, en ese caos se pueden usar protector facial de manera permanente.
Mantenerse hidratado y llevar desinfectante para manos. Por supuesto, para evitar cantar o gritar se recomienda llevar pancartas, señales u objetos ruidosos (como cacerolas o instrumentos musicales). Asimismo, acudir con un pequeño grupo de amigos.
Otro punto importante es mantenerse los dos metros de distancia del resto de manifestantes. Si esto no es posible, como muchas veces ocurre, es sustancial que al regresar casa se mantengan los protocolos de sanidad: quitarse toda la ropa, lavarla y usar mascarilla en casa al menos por dos semanas, por precaución.
Aunque no es especifico de la pandemia, recuerda que necesitas portar tu DNI y el teléfono celular cargado en caso de emergencia. Y, si observas a algún manifestante realizar actos violentos sin escuchar razones, aléjate y continúa tu protesta de manera pacífica.
La policía y tus derechos
Por otro lado, el médico Joel Wertheim aseveró que “es probable que el uso de gas lacrimógeno conduzca a la transmisión viral” del virus, ya que este gas irrita las mucosas y asfixia, lo que provoca que las personas se quitan las mascarillas en búsqueda de oxígeno. Una responsabilidad que le toca, en este caso a la Policía Nacional del Perú.
Por eso es importante llevar un pañuelo y una botella en caso estés expuesto a la nube de gas lacrimógeno. Puedes colocarlas debajo de la mascarilla antes de salir de casa para no tener que quitarte la protección ya en la calle. El vinagre mantendrá tus vías respiratorias despejadas y sin el ardor y la mucosa que provoca el gas hasta que te pongas a buen recaudo.
En caso, la policía te detenga, recuerda que no estás realizando nada ilegal y tienes todo el derecho de exigir la presencia de un representante legal y/o el nombre del oficial que te detuvo. Además, no debes firmar nada que no hayas leído y, en caso te impidan realizar alguna de estos derechos, pueden denunciar al cuerpo policial.
Por último, no descartemos las redes sociales como plataforma de protesta. Ya sea difundiendo información verídica entre nuestras redes de contacto para movilizar las inquietudes y mantener alertas a nuestros amigos y familiares ante la situación disconforme.
Por otra parte, también se pueden generar actos simbólicos desde casa: como el uso de pancartas alusivas a la protestas o sumarse a actividades comunes como ‘cacerolazos’ en las ventanas o balcones que visibilicen el mensaje sin necesidad de asistir a marcha.
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