Exagente de inteligencia naval reconoció haber sido contratado a pedido del congresista para espiar a fiscales que lo investigaban, según informe de La República
Grave denuncia. El presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República, Edgar Alarcón habría contratado a espías para realizar reglajes y chuponeos a fiscales que lo investigaban, así lo dio a conocer un reportaje de La República.
Según la publicación, el capitán Alejandro Alarco, reclutó -en el 2017- a un exagente de inteligencia naval de iniciales M.A.E.R. para participar en dos operativos clandestinos de espionaje por encargo del excontralor.
La “misión” consistía en infiltrarse en los despachos de los fiscales Zoila Sueno Chirinos y Reynaldo Abia Arrieta, quienes en ese momento investigaban a Alarcón por presuntos casos de corrupción en su contra.
La magistrada indagaba el pago por S/. 127,000 que hizo Alarcón a la madre de sus hijos por concepto de liquidación (cuando esta solo ganaba S/. 3,350), así como el uso indebido de la caja chica para compras personales. Mientras que el fiscal Abia investigaba la adquisición de 90 vehículos que hizo el congresista durante el periodo en que laboraba en la Contraloría.
“El capitán Alejandro Alarco me contacta porque sabía que soy especialista en operaciones de inteligencia. Me dijo que trabajaba para el contralor Alarcón, quien estaba preocupado por los casos que tenían los fiscales Sueno y Abia. El objetivo era que me infiltrara en los despachos de los fiscales e informara sus actividades. O que encontrara un ‘topo’ para que nos filtrara datos a cambio de dinero. Ambas acciones las hicimos entre 2017 y 2018. Fue la primera vez”, relató M.A.E.R. al diario.
La segunda vez que contactaron al exagente naval fue en abril de este año. En aquella ocasión Alarco le informó que tenía un nuevo trabajo de espionaje para él a pedido de Alarcón, quien para entonces ya era congresista por Unión por el Perú (UPP).
“En esta oportunidad me pidió que hiciera espionaje telefónico, ‘chuponeo’, o grabaciones secretas. Pero no aceptamos porque implicaba mayor riesgo. La paga era muy buena, como en la primera vez, pero era muy peligroso. Es muy probable que haya contratado a otros exagentes”, contó el exagente.
M.A.E.R. detalló que las reuniones con Alarco eran en la estación La Cultura del tren eléctrico, en San Borja, tras lo cual se dirigían a un café, muy cerca de la residencia del capitán. Según el informe, el exgente naval está dispuesto a confirmar todo lo dicho ante la Fiscalía.
Además, informaron haberse comunicado con Alarco quien dejó en ‘visto’ los mensajes enviados. Por su parte, el congresista Alarcón tampoco respondió a las llamadas del diario, aunque en una primera comunicación negó conocer a Alarco.
Empero, según la base de datos de visitas a funcionarios de la institución, Alarco ingresó 13 veces a la sede principal de la Contraloría entre los años 2016 y 2017, tiempo en el que el congresista de UPP se desempeñó como vicecontralor y contralor general de la República. En seis de esas veces, el capitán consignó dirigirse al despacho de Alarcón para entregarle documentos.
De acuerdo con M.A.E.R., él no sería el único agente de inteligencia al que el congresista contactó. “Yo sé que Alarcón tiene preferencia por los exagentes de inteligencia naval. No soy el único”, aseveró.
En el 2016, Walter Grados, el exauditor de la Contraloría, quien denunció a Alarcón por la compra de vehículos, fue informado que el exagente naval José Sava Melo lo estaba espiando. Al año siguiente, un reportaje de Cuarto Poder entrevistó a Sava quien negó todo, pero se supo que este también había visitado a Edgar Alarcón en varias ocasiones en su despacho de la Contraloría.
Es más, un reportaje de Punto Final emitido en enero de este año dio a conocer una serie de pagos a personas por servicios que no se prestaron a la Contraloría, entre los cuales figuraba Sava Melo, a quien se le abonó un total de S/. 89,000.
Alarcón reconoció el pago al exagente de inteligencia, pero alegó que fue por supuestas “labores de prensa”, aunque Sava no tuviera ningún conocimiento al respecto. En lo que La República pudo encontrar que tenía experiencia era en el espionaje.
Sava Melo, fue chofer del capitán de navío (r) Elías Ponce Feijóo, expropietario de la empresa Business Track (BTR), la misma que fue autora de las ilegales grabaciones conocidas como “Petroaudios”. Ponce Feijóo fue condenado por encabezar una organización criminal dedicada al espionaje telefónico.
Las redes de este personaje con otros implicados en casos de reglaje y espionaje parece extensa. Por lo que, el congresista Alarcón debería aclarar los propósitos de las visitas y pagos irregulares, más aún cuando han aparecido grabaciones hechas al propio presidente de la República. Que Alarcón responda ahora ante la Fiscalía depende, en última instancia, del Congreso. Veremos qué deciden los parlamentarios que, en los últimos días, se han mostrado como luchadores contra la corrupción.
